Tras una semana rodando El puente de San Luis Rey en localizaciones malagueñas de la catedral y calles adyacentes, el equipo presentó ayer la película a los medios de comunicación antes de acudir a la entrega de premios del Festival de Cine de Málaga. Robert De Niro, Kathy Bates, Gabriel Byrne, Harvey Keitel, F. Murray Abraham, Geraldine Chaplin y las españolas Pilar López de Ayala y Adriana Domínguez dan vida sus principales personajes. «Los actores españoles son buenísimos», dijo un lacónico Robert De Niro que prefería dejar hablar a sus compañeros de rodaje antes de hacerlo él. La película es una adaptación de una novela de Thornton Wilder por la que ganó el Premio Pulitzer, con dirección de Mary McGuckian. Ambientada en Lima, Perú en el siglo XVIII, con la Inquisición en plena actividad, esta historia de vidas entrelazadas atraviesa mundos tan diversos como los teatros, conventos, burdeles, muelles de Lima, largas travesias marítinas, instituciones científicas y las cortes de Madrid. Dos mundos ligados La película mostrará como cinco viajeros pierden la vida al romperse un puente llamado de San Luis Rey y precipitarse al abismo. En los primeros momentos se plantea la pregunta si el hecho fue un simple accidente o sucedió por intervención divina para que muriesen esas cinco personas. Narrada en forma de flash back, se mostrará la historia de los viajeros. Para Harvey Keitel, «el puente es un símbolo que conecta lugares», mientras que Geraldine Chaplin, la más entusiasta y locuaz, amplía su simbología asegurando que en la película «hay una tierra de los vivos y una tierra de los muertos. El puente simboliza la unión de ambas». Pilar López de Ayala se siente feliz de este trabajo: «Está siendo un paso muy grande y sorpresivo para mí. Por supuesto me impresiona mucho el reparto y el trabajar con ellos, pero al rodar los tienes delante y no te planteas estas cuestiones. Son personas normales, cariñosos, sensibles y cercanos. Precisamente por ser grandes son accesibles y humildes y te facilitan mucho el trabajo». F. Murray Abraham aclara un poco la idea de la película: «Lo más importante es la idea de la fe. Es importante que el mundo de hoy se tome conciencia de la importancia de la fe, además me gustó mucho la historia».