Crónica | Cincuenta autores de todo el mundo repasan en Valladolid la vigencia de la lírica
10 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.?uentan las crónicas que poetas y trovadores se han citado en Valladolid convocados por un legendario verso de Gabriel Celaya: Poesía necesaria. Piensan los poetas de ahora que en poesía «la palabra tiene que significar más de lo que significa en el diccionario», en palabras dichas ayer por Caballero Bonald. Para uno de los impulsores de ese diccionario, Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española, los versos son necesarios para combatir la tendencia actual de «hacernos a todos iguales, a uniformarnos; pero, como dijo Azorín, hay que superar el aldeanismo para evitar que seamos clónicos de una civilización». De la Concha alertó a los reunidos: «Sin poesía, la sociedad no podrá ser comunidad, no tendrá palabras, caminará hacia la mudez, por eso reclama al lector que rompa ese círculo y dialogue con el otro para poder realizarse como ser comunitario». La palabra de Celaya es voz de fondo del encuentro por su verso transformado en lema y por su célebre afirmación: «La poesía es un arma cargada de futuro», cita a la que recurrió el catedrático de literatura española y organizador del encuentro, Javier Blasco; el docente defendió el verso porque abre espacios donde se reconocen el poeta y el lector como indivíduo. Los escritores citados en Valladolid, desde ayer hasta mañana, miércoles, hablan de cómo han ido cambiando los versos tras aquella guerra que hizo decir al poeta lo de españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas... Es una mirada a un tiempo en el que Juan Ramón envolvía en versos sentiemiento y compromiso: «Poesía para el pobre, poesía necesaria/ como el pan de cada día,/ como el aire que exigimos tres veces por minuto,/ para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica». Una guerra, la de Irak, retrasó este encuentro, previsto para principios de año, y retrajo entonces a los autores que ahora llegaron de América, como Álvaro Mutis. El retraso permitió que la Diputación de Valladolid tuviera tiempo de editar un disco compacto con las poesías de veinte de los grandes líricos del siglo pasado cantadas por las voces de cantautores como Serrat, Paco Ibáñez, Rosa León, Alberto Cortez o Amancio Prada. El berciano, que esta noche llevará al Teatro Calderón de Valladolid sus Canciones de amor y celda , sostiene que el canto es la «exaltación de la palabra». Confesó Prada su querencia por la capital castellana, donde a finales de los sesenta descubrió la lírica de Rosalía, con la que se identificó en su nostalgia por una tierra verde y húmeda. Cuentan las crónicas que poetas y trovadores se han encontrado en Valladolid para confirmar a Gabriel Celaya: La poesía es necesaria.