Se tomó una sopita de marisco y atendió a los medios sin abandonar la sonrisa. El cantante almeriense ofrece esta noche el primer concierto en Galicia de su segunda gira
24 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?as excentricidades y rarezas de algunos cantantes no han dejado huella, todavía, en David Bisbal, el triunfito con más éxito, que aterrizó como una exhalación en Santiago. Derrochando amabilidad y deje andaluz, posó cómo, y cuándo le señalaron los fotógrafos, se deshizo en halagos con los periodistas y el público, y presentó una gira por toda España cuyo tercer concierto se celebra esta noche en la capital gallega. Bisbal gana en persona porque nadie puede acusarle de antipático, y sus rizos, mal que le pese a algunos, le confieren un aire de niño pillo por el que suspiran sus fans. Santiago será la primera ciudad gallega en la nueva gira de este almeriense que también visitará Ferrol (6 de agosto), Vigo (7 de agosto), Ourense (24 de septiembre) y A Coruña (25 de septiembre). De sus estancias en Galicia recuerda el paisaje, el marisco -«ahora mismo me he comido una sopa de marisco», dijo-, y el cariño de la gente, aunque es bastante probable que ayer no saliese a disfrutar de la noche compostelana. «El trabajo me lo tomo como un deporte, cenaré pasta -hidratos de carbono- y a dormir para estar mañana al 100%», confesó. A los que acudan hoy al pabellón Multiusos do Sar, David Bisbal les ofrecerá un repertorio compuesto por veintidós canciones, todas las del disco Bulería , y casi todas -menos tres- de su primer trabajo, Corazón latino . Ayer habló de sus giras por Latinoamérica, de lo que echa de menos del anonimato, de sus fans, del futuro e incluso del 11-M, que le pilló en Venezuela: «Los testimonios de los familiares fue lo que más me dolió. Me sentí parte de esas familias». En el futuro a Bisbal le gustaría tocar otros palos, pero por el momento se queda con los latinos -rumba, salsa, baladas-. «Aunque nunca me voy a decantar por un solo estilo, sí me gustaría hacer algo íntimo, pero atengo 24 años y es el momento pa dejarse el pelo largo, la camisa por fuera... y bailar». Al cine, no Tras un par de cameos en una serie latinoamericana y en Siete vidas , David Bisbal ya sabe que lo suyo no es la interpretación, y que en el futuro no se convertirá en protagonista de culebrones: «Me gusta actuar. Sí que es verdad que no es lo mío y por respeto tampoco lo haría», señaló el cantante, pese a que reconoce haber disfrutado en la realización de los videoclips. Bisbal lleva bien el éxito, o por lo menos lo disimula a la perfección. Tan solo echa de menos estar más tiempo en su tierra, estar con sus amigos, hacer deporte. «Soy feliz viendo una película, encargando una pizza...», asegura. Hoy, a partir de las diez de la noche, conseguirá que se abarrote el multiusos. Que a nadie le extrañe. Es un triunfito, sí, un sobrenombre que a veces cuesta llevar, pero Bisbal puede añadirle una retahíla de apellidos entre los que figuran dos premios Billboard, el Grammy Latino, el World Music Award y el Espíritu Latino. Tras el monumental chaparrón caído ayer en Santiago, hoy hay tormenta segura: Tormenta Bisbal.