La muestra incluye tres cuadros de Picasso, Dalí y Goya La exposición recorre la historia de un sentimiento que ha inspirado a muchos creadores
11 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.La melancolía es una enfermedad del norte, que tiene sus orígenes en el frío y la oscuridad, decían en la Grecia Antigua. Pero va a tener razón Klaus Peter Schuster, uno de los artífices de la exposición del año en Berlín, Melancolía, genio y locura en el arte , para quien «la melancolía no es un sentimiento alemán, sino europeo, el sentimiento más noble y delicado que Europa jamás haya podido desarrollar». Al menos esa impresión queda después de haber dado una vuelta por esta generosa muestra, que puede verse hasta el 7 de mayo en la Nueva Galería Nacional de Berlín. Reúne más de 300 pinturas, esculturas, vídeos y fotografías, desde Durero hasta Goya, pasando por Van Gogh, Edvard Munch, Salvador Dalí, Edward Hopper, Picasso o Joseph Beuys, un imán que ya ha atraído a más de cien mil personas hasta la Potsdamer Platz. Colas de más de media hora no desaniman a visitantes como Elena, del norte de Italia, que considera «un acierto el recorrido por 2.500 años de melancolía». Para Elisabeth, su amiga austríaca, «se queda algo corto el capítulo dedicado a la medicina», pero la espera bien merece la pena. A falta de tres semanas para que cierre sus puertas, el fantástico edificio de Mies van der Rohe ha tenido que ampliar el horario de apertura para atender la demanda. ?Una de las grandes atracciones es el Big man de Ron Mueck, una figura de proporciones sobredimensionadas, sentada en un rincón, desnuda, sola, en una sala. Las uñas de los pies clavadas en el suelo, el codo apoyado en la rodilla, su presencia es inmensa, y el peso de su cuerpo, celulítico, gordo, simboliza también el peso de su alma. Su mirada taciturna expresa ese gran vacío que le ha llevado a acurrucarse en un rincón. Pero mucho antes que Mueck, fueron los románticos alemanes como Caspar David Friedrich quienes descubrieron la melancolía en la naturaleza. Y antes que él fueron Durero o Goya los artistas que plasmaron las grandiosas dimensiones de la soledad o del ensimismamiento en sus lienzos. «Lo que no me explico es qué hace el Pensador , de Auguste Rodin, en esta exposición sobre la melancolía¿ me parece rizar el rizo», comenta Elena. Habría que preguntarse también cómo ha encontrado su camino hasta aquí el cuadro de Hopper, Cine en Nueva York . El cine en los turbulentos años treinta servía de evasión de lo cotidiano, pero la acomodadora ya no atiende a las imágenes de la pantalla, sino que está ensimismada en su mundo, dice la reseña.