«'Siete vidas' ha reafirmado mi ilusión por este oficio»

Chusa L. Monjas MADRID

TELEVISIÓN

Entrevista | Amparo Baró «Soy razonablemente optimista, sincera e inconformista», asegura la actriz que da vida a Sole, que esta noche pone fin a siete años de trabajo en la serie de Telecinco?

15 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Amparo Baró habla en presente de Siete vidas , la comedia de situación a la que ha dedicado los últimos siete años de su vida y que hoy se despide definitivamente de sus millones de seguidores. Dama del teatro, donde llegó a tener su propia compañía, la veterana intérprete catalana ha estado en el reparto de las numerosas series y dramáticos que emitió TVE desde el paseo de La Habana. Pero ha sido el personaje de Sole el que la ha descubierto para el gran público, con el que a buen seguro se volverá a reencontrar, porque su ilusión por la actuación «ha aumentado gracias a Siete vidas ». -Fue un 17 de enero de 1999 cuando Telecinco estrenó esta producción de Globomedia que dice adiós con el capítulo 204. -Estoy muy emocionada. Han sido siete años y el equipo, más que amigos, somos una familia. Estoy triste y también contenta porque siempre dije que quería terminar este trabajo en tono alto, por la puerta grande. Y mi deseo se ha cumplido, porque no nos han echado por falta de audiencia. -¿Qué lectura hace de su paso por «Siete vidas»? -Ha sido un trabajo pionero en muchas cosas, en hacer un capítulo en directo o en superar las doscientas emisiones. La serie es el resultado de casi setenta personas con un objetivo común. Lo más difícil ha sido mantener esos guiones tan fantásticos, con tres o cuatro tramas en cada episodio, porque con el tiempo uno se puede quemar. Me he levantado muchos días a las seis y media de la mañana y he ido feliz al estudio porque sabía que me iba a reír mucho. Y eso ha traspasado la pantalla, se ha visto la complicidad que hay, lo que nos queremos y queremos a la serie. Les he dicho a mis compañeros que no va a ser fácil encontrar un proyecto como éste. Y sé un poquito de lo que hablo porque llevo en esto cuarenta años. -Otro de los aciertos han sido los cameos, sobre todo los de políticos. -De todos los que han pasado, me quedo con Alfonso Guerra. Estuvo muy bien, relajado y se interpretó a sí mismo, pero hizo un trabajo de actor. -Volvamos a usted. ¿Qué le ha dado Sole? -Siete años de muchas y grandes satisfacciones. Ha reafirmado mi ilusión por este oficio, he hecho grandes amigos y he aprendido que no te puedes quedar atrás. Esta lección me la han dado los jóvenes e inteligentes intérpretes de la serie. -¿Y cuál es su favorito? Dicen que Javier Cámara es su debilidad. -Javier es el mejor actor de Europa. Pero no me puedo olvidar de Blanca Portillo, una actriz estremecedora y una gran directora de teatro; Paz Vega, que lleva una carrera excepcional en Hollywood; Santi Millán, Anabel Alonso, Carmen Machi y su serie... -Imagine que el éxito le llega con unos añitos menos. ¿Dónde estaría usted? -Pues donde estoy ahora. La popularidad me sirve para trabajar en lo que quiero y me gusta. Tengo más posibilidades de decir que no. -¿Le apetecería tener una serie propia? -Es una gran responsabilidad. Depende de la propuesta, no voy a hacer cualquier cosa. Una serie coral está muy bien porque los papeles están muy repartidos. -Nadie se esperaba que después de llegar a la emisión 200 con más de cinco millones y medio de fieles, la productora y la cadena decidieran poner punto final a la serie. -A mi también me cogió al traspiés. Como soy la mayor, Nacho G. Velilla, el productor ejecutivo de la serie, me lo comunicó la primera. Fue muy claro porque dijo que los guionistas, los responsables de producción se cansan, se queman. Y lo entendí rápidamente porque a un actor no le puedes exigir que haga esto y lo otro si ya no puede mas. -¿Cómo es la Baró actriz del 2006? -Está a la vista: muy clara y razonablemente optimista, sincera e inconformista.