Salma Hayek es como Juan Palomo, porque ella se lo guisa y se lo come. «No me siento a esperar que los demás me digan lo que tengo que hacer. Me invento mi propio mundo, genero trabajo, pongo ilusión y pasión en todo lo que hago y mi habilidad para soñar está intacta. Y todo esto es lo que hace que esté mejor que nunca física, emocional y mentalmente». Así habla la actriz, productora y directora mexicana, una de las latinas con más poder en Estados Unidos, donde se dio a conocer con Desperado , cinta del realizador que la descubrió, Robert Rodríguez. Hayek hizo una parada en España para presentar Pregúntale al viento , historia en la que tiene como compañero a Colin Farrell que llegará a las pantallas nacionales el próximo 12 de mayo, pero a la guapísima y pequeña actriz le venía bien pasar por aquí. Fue una visita relámpago, aunque le dio tiempo a acudir al preestreno de esta producción que, basada en la novela de John Fante Ask the dust , se localiza en la California de la década de 1930 y cuenta la historia de Camilla -Hayek-, una rebelde mexicana cuya pretensión es casarse con un multimillonario estadounidense. Sus planes se tuercen cuando conoce al escritor italiano Arturo Bandini -Farrell-, del que se enamora perdidamente. «Mi personaje -declara la actriz- tiene unos sueños muy simples, sólo quiere sobrevivir, tener un trabajo y ser legal. No quiere morirse de hambre y persigue ser aceptada por la sociedad, pero esos sueños son imposibles de alcanzar en esos años. Lo que me inspiró para el papel fue pensar en todas esas mujeres que motivan a los hombres, a veces a escribir una obra maestra, y otras dando sentido a su vida, siendo simplemente su esposa». Hayek supo del proyecto de llevar al cine esta historia de un amor prohibido y una pasión desenfrenada hace ocho años. «En ese momento dije que no porque no comprendía lo que querían contar. He crecido como mujer y también como artista», explicó para justificar su decisión.