?eunir a Michel Houllebecq y a Calixto Bieito es como juntar a los dos chavales más revoltosos del recreo. Acaban por llamar la atención con sus ocurrencias. Bieito quiere hacer teatro para la clase media sin que parezca que lo es, así que echa mano del sexo como medio de provocación que con el paso de los años suena a gastado. La obra padece de casi todos los males que quiere retratar: lenguaje gastado, mixtificación. Una obra de puertas para afuera en la que si se demuestra algo es lo mal que la pareja antes mencionada maniobra en los entresijos de la condición humana y lo bien que les encaja la imagen de niños terribles para una sociedad en lo que lo terrible de verdad no se toca. Ellos tampoco. El tercero en discordia es Juan Echanove y, verdaderamente, es el único de los tres que cumple. Suda y padece como el pequeñoburgués que interpreta en esa media distancia en que se queda toda la obra. Plataforma rinde poco por debajo de los fuegos de artificio y de la maquinaria escénica. Se atasca en el polimonologuismo y sólo se crece en el sentido de humor de algunas réplicas. El resto es ruido porque sexo es hablado. Para subir el carnal a un teatro hay que ser algo más que revoltoso. «Plataforma». Hoy y mañana. Teatro Rosalía de Castro. A Coruña. 20.30 h. Entre 10 e 21 euros. Ciclo Caixanova.