La actriz es hija de padres famosos, Rocío Dúrcal y Júnior, un hecho del que cree no haberse beneficiado.
-¿Le afecta en su vida o en su trabajo el acoso de la prensa rosa?
-No hablo de temas personales. El espectáculo tiene que continuar. Aquí trabajas aunque tengas fiebre. No me da tiempo de nada y si me persiguen los paparazis, que me sigan. He llevado un año terrible con la obra teatral. Mi hijo lo comprende y le gusta esto porque ya está dando sus primeros pasos como actor.
- ¿Es difícil abrirse camino como a actriz, aunque haya tenido unos padres tan populares?
-La vocación me llena, me viene de genes, está en mis venas. Pero es muy difícil conseguir trabajar en lo que quieres. A mí no me importa levantarme a las cinco de la mañana para rodar.
-¿Y el cine? ¿No la llaman?
-El cine está bastante complicado. Tengo a compañeras que solo hacen cine y lo están pasando mal. Tampoco el teatro vive un buen momento, aunque me llaman más para trabajar en obras. Por lo de ahora, solo he hecho dos películas.
-La televisión sí está dando trabajo a muchos actores...
-Yo creo que el verdadero salvavidas es el teatro. En la televisión dependes de la audiencia y, a pesar de la crisis, la gente está yendo más. En La Latina hemos trabajado con 900 personas de aforo.