Conocido como El Follonero , «mi otro yo», Jordi Évole -periodista, guionista, humorista y articulista- se ha lanzado ahora como escritor. En Más vale pedir perdón que pedir permiso (Planeta) habla de su experiencia al frente del programa. «Es como un making off, porque a veces es más interesante lo que nos pasa y no se ve que lo que se ve. Son cosas muy bestias», asegura. Y es que dos años de programa dan para mucho, si bien hay dos programas que se le han quedado especialmente grabados: el dedicado a Arnaldo Otegi y el que hicieron sobre el mundo musulmán.
«La entrevista a Otegi fue la situación más tensa que yo he vivido en el programa, pero pensamos que teníamos que hacerlo», afirma. «No gestionamos nada, ni departamento de prensa, ni nada. ?Llegamos a un acto de Iniciativa Internacionalista, sabíamos que estaba Otegi y le preguntamos lo que había que preguntarle, si condenaba la violencia», explica. El programa tuvo mucho repercusión «en positivo y negativo», dice Évole. «Hay gente que piensa que no hay que darle voz a Otegi, pero yo creo que voz tiene que tener cualquiera, porque no hay que tener miedo a lo que diga nadie», se defiende.
El mejor trabajo
Évole niega que usara un tono excesivamente condescendiente con el líder de la ilegalizada Batasuna. «Yo no colegueé. Lo único que hice es realizarle preguntas. Es cierto que Otegi se coloca en un plano distinto, porque nunca he entrevistado a nadie que no condene la violencia, pero mi actitud no fue de colegueo, sino que con una actitud agresiva nos vas a obtener lo que buscas. No ganas nada», remata.
Sobre el día que viajó a Vich para hablar de inmigración y entrevistó al líder xenófobo de Plataforma per Catalunya, Josep Anglada, cree que hicieron un buen trabajo, «el que más satisfecho me dejó, porque sacamos cosas que hasta entonces nadie había emitido».
En medio de la entrevista con Anglada fue increpado por un vicense. «Lo sacamos porque queríamos dejar claro qué tipo de gente sigue a Anglada, ese que incluso quiere ser presidente de la Generalitat. Eso me pone los pelos de punta», añade.