Mota le dio a Iglesias su «prime time»

b. pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

TVE apostó sobre seguro por el estilo clásico y familiar de Anne Igartiburu y Ramón García y por el humor de José Mota.
TVE apostó sobre seguro por el estilo clásico y familiar de Anne Igartiburu y Ramón García y por el humor de José Mota. rtve< / span>

El humorista regresó a TVE por la puerta grande con «Un país de cuento»

02 ene 2015 . Actualizado a las 08:40 h.

Con la vieja sintonía de Mecano como entrada triunfal de la retransmisión, buena parte de los españolitos se sentaron, un año más, a hacer la misma cosa a la vez: comer las doce uvas con Televisión Española. En una noche propensa a las supersticiones, ver las campanadas en la cadena pública es como pulsar cada año el botón de reiniciar y constatar que existe un orden universal, que después de haber dado otra vuelta entera al Sol todo regresa al mismo punto. Y allí sigue ella, la mujer de rojo Caprile, arrostrando las bajas temperaturas y demostrando que el frío es una percepción subjetiva.

Pocos recordarán que en su primera noche en la Puerta del Sol, allá por la Nochevieja del 2005, Anne Igartiburu llevaba, bajo una capa a juego con la de Ramón García, un vestido transparente que traslucía su ropa interior, pero ya entonces ella jugaba en una liga bien distinta a la debutante de este año en La Sexta. Diez ediciones más tarde, un estudio de Personality Media revela que Anne ha logrado ser, a ojos de los espectadores, no solo la más conocida, sino también la más elegante y hogareña de todas las caras de la Nochevieja. Por eso es, para la mayoría del público, la primera opción. Este año se reencontró con el veterano hombre de la capa, otro clásico, y fue como si el caos volviese a su orden primigenio por unos minutos. Ambos llenaron ese tiempo con agradecimientos más largos que un discurso de los Óscar y anunciándonos el inminente desembarco de Ramón García en TVE con un concurso.

En una cadena que no tiene publicidad, la gente va ideando fórmulas para colar sus mensajes en pantalla. Los barridos por la plaza dan protagonismo a descomunales vallas estratégicamente situadas y a pancartas como la que unos espontáneos en busca de notoriedad colgaron de una ventana con el mensaje «Anne, este es el reloj güeno». Otra forma de chupar cámara son las proyecciones luminosas sobre la torre del reloj y las de esta Nochevieja incluyeron desde grandes logotipos de bebidas gaseosas hasta un símbolo de los partidarios la repatriación de los presos de ETA, que fue proyectado con un láser verde junto a la célebre esfera del cronógrafo durante el momento cumbre de la noche.

Brillante regreso de José Mota

Un par de horas antes del ritual, otro que se coló en el prime time de La 1 fue Pablo Iglesias, aunque fuera en la persona interpuesta de José Mota. Recuperado de su traspiés en Telecinco, el cómico pergeñó en Un país de cuento algunos de los grandes momentos de la Nochevieja con sketches de gran ingenio que se ganaron al público menos partidario de su humor y también al sector infantil, que no dejó, este último, de corear la canción del rey emérito que, como el cachorro Simba en El rey león, cantaba «no quiero ser rey Borbón».

Mota repartió sus chanzas a diestra y siniestra, con el líder de Podemos como personaje del año protagonizando dos parodias: una, como concursante de MasterChef con un postre de frutos rojos; y otra, en una coreografía junto a Pedro Sánchez al ritmo del último éxito de Enrique Iglesias traducido a Pactando. Momentos como el tercer grado de Jordi Évole a Papá Noel, al que acusó de tráfico internacional de mercancías sin pagar aduanas; la traslación a un bar de churros de los agresivos métodos de márketing de las grandes operadoras de telefonía; o una versión intelectual de Josep Pedrerol en El chiringuito de lectores analizando con ardor hooligan una falta de ortografía de Pérez Reverte justificaron sobradamente este regreso al pasado de TVE.

Después de medianoche, inaugurada ya la pachanga, la mejor oferta fue, un año más, el max-mix vintage de Cachitos de hierro y cromo, que se consolida como la oferta alternativa estrella del cotillón y otorga, por un día, un trending topic a La 2.