Rodolfo Chikilicuatre, la broma colectiva que nos representó en Eurovisión: «Tardamos 10 minutos en crear la canción»

La Voz REDACCIÓN

TELEVISIÓN

RTVE cambió el sistema de elección del candidato al festival europeo bajo el título «Salvemos Eurovisión». Buenafuente presentó a su candidado y Myspace y los españoles hicieron su magia.

18 may 2025 . Actualizado a las 16:33 h.

La elección no pudo ser más democrática (o gamberra). Fue el primer año que RTVE cambió el proceso de selección para elegir al artista que nos representaría en Eurovisión (al año siguiente volvió a modificarlo) y se puede decir que una broma de La Sexta cambió el curso de los acontecimientos y coló a un cantante inesperado por toda la escuadra. 

Aunque fue del desagrado de los puristas del festival europeo de la canción, que Rodolfo Chikilicuatre representase a España en Eurovisión fue una gamberrada colectiva que queda para la historia.

Era el 21 de enero del 2008 cuando un personaje de movimiento aparatoso y extraña forma de hablar apareció en la pequeña pantalla. En concreto en Buenafuente. Sí, porque Rodolfo Chikilicuatre fue previo a la broma. Era un personaje que había creado el late y que fueron afinando hasta convertirlo en un artista argentino tras el que estaba el actor David Fernández, que interpretaba a diferentes personajes en el programa.

La casualidad fue aquel año fue el elegido para que algo cambiase en RTVE. El candidato a Eurovisión del 2008 se elegiría de forma popular, dentro de un formato llamado Salvemos Eurovisión. «Con el Chikilicuatre llegamos al cielo de la comedia», explicó Andreu Buenafuente en el 2022 en La matemática del espejo.

«Anatomía de...», el programa de La Sexta, capitaneado por Mamen Mendizábal, recuerda este domingo esta peculiar historia que se convirtió en un fenómeno de masas.

¿Cómo se gestó?

Al día siguiente de que naciese el personaje de Rodolfo Chikilicuatre, TVE abrió el plazo para presentar las candidaturas al Festival de Eurovisión de ese año. La cadena pública decidió democratizar el proceso, permitiendo que quien quisiera participar colgara su propuesta en la plataforma MySpace. España votaría a su preferida, y así ocurrió.

Rodolfo Chikilicuatre se convirtió en candidato, mientras que entre sus creadores reinaba la calma. Todos pensaban que su personaje y el tema que tocaba con una guitarra de juguete llamada Luciana harían tope tarde o temprado. Lo que seguro que no esperaban es que se convirtiese en el candidato real. El público se sumó a la broma del cantante con peluca de Elvis y su peculiar puesta en escena. El tema se llamaba Baila el Chiki chiki.

«Uno, el brikindance; dos, el crusaíto; tres, el maiquelyason y cuatro: el robocop». Estos cuatro sencillos pasos se clavaron en la mente de todos los españoles en el 2008. «Íbamos escribiendo, sin filtrar nada, los tres, a ver quién decía la gilipollez más grande. Tardamos diez minutos en crear la canción», explica uno de los artífices del fenómeno en uno de los avances del programa. «Se ve perfectamente en las imágenes de la gala donde salen elegidos que no dan crédito», explicó Mamen Mendizábal. El propio Rodolfo o David, como quieran llamarlo, pensó «que hasta el último segundo alguien tendría cordura».

Rumbo a Belgrado

Rodolfo acabó consiguiendo el primer puesto en la lista de votaciones a través de la red con una buena diferencia de votos: 109.995 votos, frente al segundo clasificado La Casa Azul, con «La revolución sexual», que sumó 67.706 votos.

El 8 de marzo del 2008 se celebraba Salvemos Eurovisión, que era la selección final, y el actor se proclamó ganador absoluto por delante de Coral, con Todo está en tu mente. 

David Fernández, junto a sus bailarinas Disco y Gráfica, interpretadas por las también actrices Silvia Abril y Alejandra Jiménez-Ascón, pusieron rumbo a Belgrado.

«Un tío loco con una guitarra de plástico representando a un país...me parece maravilloso y cuenta algo de cómo es este país y cómo puede inyectar comedia donde sea», reflexionó Andreu Buenafuente en La matemática del espejo. 

La actuación

Por increíble que pareciese, Rodolfo se plantó en Belgrado, hizo toda la promo previa ante la estupefacción e indignación de los puristas y entre las risas de los que se sumaron a la broma. Su actuación fue tan imposible como ya era de origen. Su duración, casi tres minutos, eterna. Lo único que cumplía con los cánones de Eurovisión eran tres bailarinas profesionales, que fueron escogidas en un programa especial. Al terminar el show, aplausos de unos y pitos de otros, aunque la clasificación final sí le reconoció. La apuesta de España quedó en el puesto 16 (en aquel momento el 100% era televoto).

«Podríamos enterrar aquí el tupé y a Luciana (su guitarra). Habría sido un bonito final para ellos», dijo David Fernández tras semejante trance. No sucedió en ese momento, pero sí a las dos semanas. Andreu Buenafuente anunció en su programa la muerte de Rodolfo. Muchos pensaron que el chicle se seguiría estirando, pero no. El Chikilicuatre jamás volvió a tocar, pero lo cierto es que tampoco se fue del recuerdo de los españoles.