Juan del Val se sincera con Pablo Motos sobre las críticas: «Me llevo las mías y me llevo las tuyas»

M. A. / M. P. REDACCIÓN / LA VOZ

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Captura de la entrevista de Juan del Val en el programa de Pablo Motos para presentar «Vera, una historia de amor»
Captura de la entrevista de Juan del Val en el programa de Pablo Motos para presentar «Vera, una historia de amor» El hormiguero, redes sociales, 2025

El escritor visitó «El Hormiguero» para presentar su última novela «Vera, una historia de amor» y habló sobre la repercusión que tuvo en los últimos días

07 nov 2025 . Actualizado a las 13:20 h.

Juan del Val fue el invitado del jueves por la noche en El Hormiguero. El programa, en el que participa habitualmente como colaborador y tertuliano, le cedió esta vez el espacio para presentar su nuevo libro, Vera, una historia de amor, por el que consiguió ser el premio Planeta 2025, dotado con un millón de euros. «En esta novela he puesto el alma; en esta novela estoy yo entero», aseguró el escritor y esposo de Nuria Roca.

Pablo Motos, quien conoce a Del Val desde hace años, reconoció que le sorprendió verlo tan conmovido al recibir el galardón. El autor contó: «Es algo tan fantástico que siempre piensas que no te puede pasar a ti. Yo voy al premio Planeta desde el año 2009, son un montón de años y, claro, tú estás en las mesas, tú no te has presentado, por lo que no tienes ni la más mínima opción, y de repente miras a la persona que le está pasando eso y hay una sensación íntima de preguntarse: “¿Esto me podría pasar alguna vez a mí?”. Finalmente no te lo crees».

Juan del Val, emocionado por haber podido darle esta alegría a sus padres, reflexionó sobre su adolescencia y su relación con los estudios: «No fui especialmente conflictivo, fácil en absoluto, pero lo que determinó todo tiene que ver con un fracaso escolar y académico estrepitoso, en una familia en la que eso era enormemente importante. En mi casa era una obsesión. Por parte de madre somos once primos y todo el mundo es ingeniero, y yo no fui universitario». A raíz de esta herida, que asegura que le dolió tanto a él como a sus padres y él, realizó durante cinco años un acompañamiento psicológico: «En el diván aprendí a no huir de mí mismo, aunque sigo sin saber hacerlo».

Su desencanto de los estudios lo llevó a trabajar de albañil durante tres años, y aún recuerda su primer día, cuando por accidente acabó hundido en excremento, tuvo que ponerse un mono —que odiaba— y usar dos botas de goma del pie izquierdo, talla 43, cuando él calza un 46: «Ese fue mi primer día de trabajo y fue tan desolador que yo decía: "¿Por qué estoy aquí?". Veía a mi hermano estudiando para ser ingeniero de caminos y todo era confortable, y yo estaba en la mierda de una manera literal». 

Sobre las críticas recibidas tras el premio Planeta, Juan del Val respondió: «Las críticas eran muy previsibles. Por diferentes motivos: las que me llevo yo por mí mismo, porque puede molestar mi éxito; las que me llevo por trabajar en El Hormiguero —es decir, las tuyas—, y las que corresponden a una guerra de grupos editoriales». El madrileño, de 55 años, explicó que su forma de sobreponerse a las críticas fue enfrentarse directamente a ellas: «Para curarme lo que voy a hacer es leerlo todo. No puedo huir de mí mismo. He padecido tantas veces que se dijese que he dicho cosas que no he dicho, o convertirme en alguien que no soy, así que me voy a leer todo». De todos modos, aseguró que cuando sale a la calle tiene la reacción de «la gente de verdad» y que esa sí que «es maravillosa».  

Por otro lado, ironizó sobre lo que observa en las redes sociales: «La gente en redes cree que tiene que sumarse a una corriente. He visto por encima las redes y no veas el nivel cultural que hay en este país. Todo el mundo lee a Forner, Bukowski, sin ningún problema. Porque: "Estas cosas que escribe Juan del Val, por favor, ¡qué cosa tan menor!"».Sin embargo, advirtió del peligro que representan los mensajes de odio: «Hay que tener cuidado. Tanto odio puede llegar a hundir a una persona. Me parece algo tan injusto que, al margen de criticar a alguien, se busque herir o reírse de esa persona. Las mofas intentan colocarme en un sitio donde tengo que parecer un auténtico imbécil para que mis opiniones tengan menos valor. Es una corriente a la que se suman algunos y que luego reproducen los medios. Me parece muy triste. Cuidado con hundir a la gente».