Una exposición recupera la edad de oro de la alta costura española

EFE

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En el recorrido se puede contemplar casi un centenar de vestidos de noche, de cóctel, de ceremonia, de novia o de calle...

27 jul 2010 . Actualizado a las 23:23 h.

La riqueza de los materiales, el dibujo de las siluetas, el refinamiento, el buen gusto y el trabajo de miles de costureras anónimas se puede contemplar en la exposición «La Edad de Oro de la Alta Costura» que se inaugura hoy en el Museo del Traje de Madrid.

Compuesta por una selección de piezas procedentes de la colección particular «Antoni de Montpalau», la muestra reconstruye la historia de uno de los momentos de máximo esplendor de la moda española, entre 1920 y 1980.

Nombres como Balenciaga y Pedro Rodríguez, con los que en 1910 y 1918 comenzó a desarrollarse la alta costura española, así como los de Pertegaz, Asunción Bastida, Santa Eulalia o el Dique Flotante están presentes en un recorrido en el que también recobran su importancia casas de costura olvidadas o en el recuerdo de unos pocos y que el comisario Josep Casamartina i Parassols ha rescatado.

Junto con Ana Casanovas, Josep Casamartina es el propietario de la colección «Antoni de Montpalau», nombre del personaje de una novela de Joan Perucho, que actualmente cuenta con más de 1.700 piezas desde el siglo XVI hasta el XXI.

En el recorrido se puede contemplar casi un centenar de vestidos de noche, de cóctel, de ceremonia, de novia o de calle, así como trajes sastre y abrigos y una treintena de sombreros procedentes de los principales talleres sombrereros barceloneses como Martí Martí, Badía, Marinette, Elena Katona, Pilar Gabasa o Rius de Forns, junto a los diseñados por Balenciaga, Pertegaz, Rodríguez o Santa Eulalia.

Completan la exposición siete pares de zapatos firmados por Pertegaz, Pedro Rodríguez, Loewe o Durany.

Además de una magnífica colección de bocetos realizados por Pedro Rodríguez entre 1925 y 1960 y una serie de bordados de Luguel, empresa colaboradora de los principales nombres de la Alta Costura.

Aunque la muestra se centra en la costura que se desarrolló en Barcelona, hay nombres procedentes de Madrid, San Sebastián o París.

«Cada una de las piezas va componiendo la historia de la moda, de la que se ha escrito muy poco. Se trata de un mundo fascinante y rico que es necesario que quede, que no se pierda. Hay casas de las que no se había vuelto a hablar», declaró el comisario.

Entre las piezas con las que se inicia el recorrido destaca un vestido de la francesa Jeanne Lanvin, que tuvo casa abierta en Barcelona entre 1920 y 1932, así como dos piezas históricas de Pedro Rodríguez, un vestido de novia en salmón de 1929 y un chaquetón de 1927.

También a los años veinte pertenece uno de los dos vestidos más antiguos que se conservan de Balenciaga y que se puede contemplar junto a piezas de Santa Eulalia, una de las empresas pioneras en la celebración de desfiles en España.

El paseo por la historia de la alta costura española continúa en la década de los cuarenta, cuando se fundó la Cooperativa de la Alta Costura de Barcelona, con prendas creadas por los llamados «cinco grandes»: Pedro Rodríguez, Manuel Pertegaz, Asunción Bastida, Santa Eulalia y El Dique Flotante, que se completan con las creadas por Argón o La Física.

La consolidación a nivel internacional de la alta costura española se logró en los años cincuenta, sesenta y setenta. De estos años son las creaciones de Carmen Mir, Pedro Rovira, Roser, Carmen Costejá o la madrileña Flora Villarreal, que se completan con las de Elio Berhanyer, Margarita Nuez, Roberto Dalmau o Andrés Andreu.

Todos estos nombres «forman un mundo fascinante que hay que recuperar y conservar ya que está desapareciendo», comentó el comisario de la muestra, que llega a Madrid tras su exhibición en Oviedo y Teruel y posteriormente viajará a Barcelona y Bilbao.