Comparte el ADN con el último lanzamiento de Samsung, pero con un diseño compacto. ¿Hasta qué punto compensa?
06 ago 2014 . Actualizado a las 14:09 h.Samsung tomó como costumbre hace tiempo lanzar hermanos pequeños de cada modelo teléfonico que sacaba al mercado. Las versiones compactas del fabricante coreano se han convertido en todo un clásico de la marca, pero ¿hasta qué punto compensa un smartphone mini? ¿qué beneficios tiene y qué utilidades sacrifica el diseño menguado?
Pongamos un ejemplo. La factoría acaba de enviar a las tiendas su último smartphone en miniatura, el Samsung Galaxy S5 Mini, que comparte ADN con el desarrolladísimo quinto Galaxy y mide solamente 131,1 x 64,8 x 9,1 milímetros. El nuevo dispositivo llega con una larga lista de especificaciones, algunas muy distintas sin embargo a las del último buque insignia de los surcoreanos. No solo el evidente tamaño de la pantalla (4,5 pulgadas frente a 5,1 pulgadas) lo coloca a leguas del S5, sino también su recorte en la resolución, que baja a 1.280x720 píxeles.
Mantiene sin embargo el Galaxy S5 Mini la resistencia al agua y al polvo de la que presume su hermano mayor. También incorpora el sensor de huellas, integrado en el botón de inicio, y el de ritmo cardiaco, localizado en la parte trasera. Conserva asimismo el diseño y los materiales (carcasa de plástico) de la versión estándar.
El terminal pesa 120 gramos, integra un procesador de cuatro núcleos a 1.4GHz y su capacidad interna es de 15GB de RAM ampliables a 64GB mediante tarjeta microUSB y su RAM es de 1,5GB. La cámara trasera tiene un sensor de 8 megapíxeles con flash LED y la delantera es de 2,1 megapíxeles. Cuenta con conexión LTE, Wi-Fi, Bluetooth 4.0, NFC, GPS y se ejecuta con el sistema operativo Android 4.4.2.
Se vende -ya está disponible con un 15 % de descuento en El Corte Inglés- en cuatro colores (negro, blanco, azul y oro) por 449 euros (381,65 en el citado grupo comercial), un precio también significativamente reducido.