Ayer denunciamos parte de las mentiras que corren por el entorno de los propios equipos, mentiras que encuentran repetición aun sabiendo que se disfraza la realidad de los hechos con un penoso objetivo: ocultar los errores del equipo, tergiversando las causas verdaderas «para tranquilizar al personal», decíamos refiriéndonos a las disculpas que, tanto entrenador como jugadores de los equipos, se encargan de airear intentado tranquilizar el ambiente cuando las cosas no marchan bien. De ahí lo de «tranquilizar al personal», algo que se intenta conseguir de forma casi infantil. Por ejemplo: un futbolista que goza de credibilidad, además de la demostrada calidad como guardameta reconocida por la afición coruñesa (me refiero a Aranzubía) manifestó en vísperas del partido contra el Mallorca que él no se sentía agobiado por la posición que ocupaba el Deportivo. Decirlo ahora, pasa, pero antes de jugar resultaba una ligereza. Pero a todo hay quien gane hablando de fútbol. En la rueda de prensa posterior al partido que el Mallorca perdió por 1-0, Caparrós se quejó de que «en el fútbol no hay justicia», dando a entender que el triunfo coruñés había sido una casualidad o injusto, evitando decir la verdad sobre ese Mallorca que algunos medios calificaron como el peor equipo que pasó esta temporada por Riazor, calificativo que mantengo unido al nombre del Osasuna.
En Mallorca reina gran alarma por la crisis del equipo, con cinco derrotas seguidas, cifra que recuerda la temporada 91-92, con siete, para terminar descendiendo. A esto, Caparrós le dice «falta de justicia en el fútbol».
¿Solo es en el fútbol, en donde la Justicia brilla por su ausencia?