Además de a sueldos como los de Tristán o su finiquito, que atribuyó al deseo del entrenador - Caparrós en ese momento-, Lendoiro, el mismo que firmó los fichajes y sueldos millonarios de jugadores como Acuña, Tristán, Djorovic, Sergio y un largo etcétera, responsabilizó de la deuda el descenso deportivo, pero también a que los accionistas no hubieran acudido a la ampliación de capital de 60 millones del 2004. «Se les devolvía el importe a cambio de fidelizar su carné de socio durante diez años», señaló Lendoiro antes de insistir en que gran parte de los accionistas -al menos un 95 por ciento- «han ganado dinero». La particular interpretación de Lendoiro es que «uno de los problemas que ha tenido la deuda es que el Dépor no ha cobrado ni un euro a los accionistas por tener acciones». Insistió en que «el 95% han ganado dinero, pero no ha dejado beneficio al club. Ha representado mucho dinero para los asociados». Es decir, Lendoiro cuestionó una medida que él mismo había puesto en marcha: comprar acciones a cambio de ir reduciendo cada año su coste en el pago de los abonos. Una situación que generó una buena respuesta de los aficionados, pero que, según sus palabras, contribuyó a generar deuda.