El deseo y la lógica

José M. Fernández

TORRE DE MARATHÓN

07 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tres victorias consecutivas. Los mismos triunfos que en las 27 jornadas anteriores. Las estadísticas habían enterrado al Deportivo. Fernando Vázquez ha colaborado decisivamente a su resurrección. El deseo ha destrozado la lógica. El Deportivo ya no es un equipo desorganizado que a las primeras de cambio cae presa del pánico y la ansiedad. Es capaz de remontar -lo ha hecho en los dos últimos partidos-, de sobreponerse a errores que antes eran imperdonables -como los que ayer propiciaron los tantos visitantes- y no deja de ser competitivo hasta el minuto noventa. Con, prácticamente, los mismos mimbres del inicio de la temporada. Así que algo habrá tenido que ver la fe de Fernando Vázquez, el técnico que se rebeló contra la estadística y que ha insuflado aire a un moribundo.

Nadie dijo que sería fácil seguir en Primera. Tampoco Vázquez. Y no lo será de aquí en adelante. Pero al menos sabemos que el Dépor será hasta el final un equipo intenso y competitivo, empujado por el deseo y la fuerza de Abel Aguilar, el jugador que mejor ha interpretado los nuevos tiempos: el colombiano ganó todos los duelos, los aéreos y los que se produjeron a ras de césped, sembró el pánico en cada jugada de estrategia en el área rival, desestabilizó a todo el que le salió al paso y dio equilibrio. Un coloso. Como Juan Domínguez, felizmente recuperado para la causa, omnipresente en las ayudas defensivas y en la salida del balón. El Dépor sigue en zona de descenso, pero otea la salida del túnel, ya es un equipo dispuesto a pelear contra el destino. Si se han ganado tres partidos en los tres últimos compromisos, ¿quién se atreve a decir que no se puede repetir lo mismo en las tres próximas semanas?