Las bajas y la falta de objetivos convierten al Espanyol en un rival idóneo para sumar tres puntos
19 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El último en borrarse ha sido Héctor Moreno. La pareja de Colotto en el centro de la zaga se ha quedado en Barcelona, aquejado de una distensión en su aductor derecho. En casa, tendrá compañía, después de la epidemia de sanciones que dejó el empate del Espanyol con el Real Madrid. Capdevila esperó hasta el minuto 93 para ir a protestarle al árbitro y ganarse la quinta amarilla de su ciclo. Antes ya la había visto Forlín, que confirmó la mutación obligada de la medular perica en Riazor: Aguirre tampoco podrá contar con Víctor Sánchez, que fue expulsado ante los de Mou.
Con la defensa y el centro del campo en cuadro, lo único que parecía inalterado era el frente de ataque. Pero ni eso es seguro. Stuani, al que su técnico ha reconvertido en notable extremo diestro, está aquejado de una sobrecarga que lo convierten en duda para esta tarde. El uruguayo, que estuvo a un paso de recalar en A Coruña este verano, sería un extra de lujo en ese parte de bajas. Innegable aliciente para creer en la victoria del Dépor.
Y por si este aliciente fuera poco, todavía hay que añadirle el de la falta de objetivos de los visitantes. Por mucho que tanto el entrenador como los jugadores hayan insistido en que aún les quedan opciones de entrar en Europa, estas pasarían por una auténtica carambola. Primero, el TAS tendría que mantener la sanción al Málaga, decisión que ahora mismo parece menos probable que nunca tras la rebaja del castigo por parte de la UEFA. De lo contrario, los pericos deberían alcanzar al Betis, ubicado a ocho puntos con nueve por jugarse.
Si el veto a los de la Rosaleda se mantiene, el objetivo sería superar a Getafe (a cuatro puntos), Sevilla (a tres) y Rayo. Titánica empresa si se atiende a que los de Aguirre tienen que jugar el derbi contra el Barça y después visitar Balaídos.
El mismo Fernando Vázquez reconocía el viernes la ventaja que supone medirse a un rival relajado. «Nuestra urgencia juega a nuestro favor», aseguró el de Castrofeito, antes de lanzar el argumento definitivo: «Cuando un equipo tiene necesidad ese es el equipo que debe ganar».
Aquel título de Liga
En la sala de prensa de Riazor se le recordó el feliz precedente de hace trece años, cuando la motivación blanquiazul era otra, pero la necesidad no era menor según Vázquez. «Este partido tiene una importancia diferente, pero tanta o más que aquel», subrayó el míster. «Seguir en Primera, en la situación en la que estamos a nivel económico es vital para la viabilidad del club en el futuro, por lo tanto? Tendríamos que ser capaces de dejarle un Deportivo en Primera División a las generaciones que vienen detrás», reflexionó.
El agradable duelo en el recuerdo, disputado un 19 de mayo del 2000, dio la Liga al Deportivo frente a un Espanyol que llegaba salvado a Riazor. Con 47 puntos, tres más de los que suma esta temporada. La imagen de aquella victoria está en la mente de Juan Domínguez, que entonces tenía diez años y festejó entre amigos el título de su equipo, y ayer pedía repetir triunfo. «Coincide así y sería bonito ganar, sobre todo por los tres puntos. Sería un buen recuerdo ganar un partido tan importante y que sirva de homenaje».