El técnico Fernando Vázquez confía en que la necesidad del Deportivo venza la falta de presión del Málaga
25 may 2013 . Actualizado a las 14:29 h.Puestos a hacer de la necesidad virtud, nadie como el Dépor. Lleva metido en faena desde hace varios meses, jugando final tras final. La próxima, en a Rosaleda. Una cita para la que Fernando Vázquez cuenta con el mismo arma que ha llevado al equipo desde el desahucio a una posición de privilegio para las dos últimas jornadas: el hambre. Este factor se convirtió en el eje de la rueda de prensa que el técnico ofreció ayer en Riazor.
Energía extra para los visitantes
«La trayectoria del Málaga esta temporada está acabada. Finiquitada, a expensas de lo que le digan sobre su participación en competiciones europeas. Pero es la despedida de Pellegrini en la Rosaleda, y posiblemente a todos les gustaría despedir a su entrenador con una victoria», reflexionó el entrenador, seguro de que «fácil no va a ser, pero ellos no tienen el hambre que tenemos nosotros. Y como ya he dicho otras veces: cuando hay hambre...»
Ganas de morder que Vázquez transformó en virtud indispensable: «La diferencia entre el Málaga y nosotros es que podemos buscar energía dentro de nuestra necesidad y ellos no. El cuerpo es capaz de crear esa energía cuando la necesitas. Tenemos hambre, pero también tenemos que poner más cosas. Inteligencia, estrategia...»
Un talento individual increíble y un gran entrenador
Al analizar las virtudes del oponente, el míster blanquiazul resaltó el talento de muchos de los futbolistas de los que dispone Pellegrini, así como la gran capacidad del chileno. «El Málaga es un equipo con un talento individual impresionante. Increíble. Conjuntado por un gran técnico. Por lo tanto, las dificultades en circunstancias normales serían máximas», reflexionó Vázquez.
¿Cómo enfrentar a un conjunto así? Ahí va la receta que maneja el técnico del Dépor: «Es un equipo que quiere tener la pelota pero sin asumir excesivos riesgos en la salida, por lo que no es fácil robársela de inicio. Lo ideal sería que nosotros pudiéramos descolocarles con la pelota y buscar espacios que siempre dejan».
Todos listos, menos Marchena
La plantilla blanquiazul viajará a Málaga en una situación idónea, salvo sorpresa de última hora. «A nivel fisiológico están perfectos», confirmó Vázquez.
El de Castrofeito considera que habrá otro punto favorable al Dépor en el duelo y curiosamente será su condición de visitante. «En casa, en esta situación nos cuesta un poco más. El equipo está más ansioso que fuera. Por lo menos en cuanto a posesión de balón y a cometer menos errores», explicó.
Todo va por el buen camino
«No vine aquí pensando que no había posibilidades. Porque entonces no habría tenido sentido que viniera, aunque a mí me pudiera haber servido para recomenzar en Primera. Yo creía, y os razoné el porqué. Las cosas van por el camino correcto y mirando para atrás casi podríamos estar salvados si hubiésemos ganado el partido del Betis o sacado un empate en Valladolid», reflexionó el entrenador cuando se le preguntó si había pensado realmente en llegar a la penúltima jornada con la salvación a tiro.
Oliveira, centrado y con ganas
Fernando Vázquez insiste en que todos los jugadores son necesarios en la tarea de alcanzar la salvación. También Nelson Oliveira: «Hablé con él. Está bien. Es consciente de que actuó mal y estas lecciones que está aprendiendo puede que le resulten útiles en un futuro, aunque quizá ya no esté en el Deportivo. Está bien, está centrado y nos quiere ayudar, que es lo importante».
Un «malabarismo mental»
Y para el final, la pregunta sobre Valerón y la polémica abierta esta semana con su posible salida.
El míster evitó meterse en otro charco: «Valerón ya habló y dijo lo que tenía que decir. Considero que no dije nada que no os hubiera dicho ya. Expresé un deseo de que Valerón se quedase un año más. De que juegue un año más. Esa decisión, el jugador no la tiene tomada. Hice un malabarismo mental, pero realmente no hablé de Valerón porque eso no me corresponde a mí. Son decisiones del propio Valerón en las que no me quiero entrometer».