
Fernando Vázquez ya ha probado los «sistemas de riesgo» que emplearía ante la Real Sociedad
29 may 2013 . Actualizado a las 19:30 h.Fernando Vázquez nunca ha ocultado la convicción de que a su papel en el banquillo blanquiazul le ha faltado tiempo. Más allá de lo evidente -aterrizó a 15 jornadas del final de la Liga y con el Dépor colista, a seis puntos de la salvación-, los días extra que echa de menos el técnico se refieren a la implantación de pautas en el equipo. Automatismos en la forma de entrenar y desplegarse durante los partidos que ha intentado propagar a marchas forzadas.
Comenzó con el plano físico y el mental. Se esforzó en reenganchar a la afición y transmitir a los jugadores la idea de que seguir en Primera estaba en sus manos. Durante el parón de dos semanas que sucedió al derbi -ya con la moral rehabilitada por el 3-1-, puso el acento en las pruebas de velocidad y resistencia y en rebajar los kilos de más. En paralelo, implantó sistemas para el perfeccionamiento táctico.
Una cámara graba desde entonces cada entrenamiento como arranque de un proceso que después continúa con el visionado, la detección de errores y el análisis de mejoras con el cuerpo técnico. Después, toda la información se traslada al jugador.
Este laboratorio de análisis, tan común desde hace un tiempo en los clubes de primer nivel, ha servido también para el desarrollo de lo que Vázquez denomina «sistemas de riesgo». Término bajo el que aglutina variables tácticas de respuesta a situaciones de ventaja o desventaja durante los encuentros. Partiendo de un once tipo inalterable salvo lesión o sanción, el míster ha machacado un esquema para buscar la remontada y otro para guardar la ropa.
Ambas propuestas podrían pasar su gran prueba este sábado frente a la Real Sociedad, dependiendo del desarrollo del duelo. Al menos ha habido ocasión de utilizarlas antes, aunque haya sido en una sola ocasión y sin opciones para refinarlas.
El Espanyol propició la oportunidad de ensayar el sistema más conservador. Un golazo de Bruno Gama en el minuto 50 puso por delante a un Dépor que había visto como el rival se estrellaba en Aranzubia, en Silvio y en el palo. Avisos más que suficientes para que el jefe del banquillo local decidiera agitarlo. Aparte de las más previsibles entradas de Nelson -suplente más utilizado de la Liga- y Bergantiños -Aguilar salía de una lesión-, Vázquez sentó a Valerón para hacer hueco a Kaká durante el último cuarto de hora.
El brasileño, frágil en el Villamarín en su última aparición, encajó perfectamente a la derecha de Aythami en la zaga de tres centrales -Zé Castro siguió en la izquierda y Manuel Pablo y Silvio, en los laterales-. Los de Aguirre ya no volvieron a asomarse con peligro a la meta de Aranzubia, y Oliveira sentenció el duelo en el descuento.
Málaga, precedente fallido
Mucho menos fiable se mostró el pasado domingo la alternativa ofensiva. El técnico ha ensayado en varias ocasiones en Abegondo el 3-5-2, retocado hasta convertirse en 3-4-3 en La Rosaleda. En los entrenamientos se ha visto la línea Aythami - Kaká - Zé Castro (con Marchena en lugar del portugués, antes de lesionarse) como bloque de contención. Bruno Gama y Silvio ejerciendo de alas de largo recorrido y Nelson y Riki compartiendo punta.
Ante el Málaga, la citada pareja de extremos acabó ocupando el puesto de lateral. Sin embargo, Abel Aguilar retrasó su posición, y Aythami y no Pizzi fue el tercer sacrificado para hacer sitio a Bergantiños. La velocidad del rival estaba martirizando al central canario, así que el colombiano formó junto a Álex y Zé Castro la zaga de tres.
Salomao, que solo jugó los últimos 20 minutos, tuvo muchos menos problemas para subir y bajar la banda izquierda, que Bruno Gama -otra vez titular- en la derecha. El equipo acabó partido en dos, aunque durante cinco minutos vio de cerca el empate. Ahora hay cuatro días para pulir errores por si la Real exige salir a por todas.