Javier Fernández Abruñedo, más conocido como Bicho, se ha convertido en una de las grandes sensaciones de la pretemporada deportivista. Solo tiene 17 años, aún es juvenil, y es el más pequeño del grupo. Sin embargo, está destacando por su integración en el grupo, siendo uno más. «Manuel Pablo dice que soy su hijo adoptivo», reconoce con humor.
Y es que los veteranos de la plantilla están muy encima de él. Quieren enseñarle lo que es el fútbol profesional. «Hablo mucho con Zé Castro, que siempre está muy encima de mí todo el día haciendo bromas, también ando con Ayoze, Aythami o Manuel Pablo, que me dice que soy su hijo adoptivo», añade.
Este mediapunta sadense de aspecto frágil es uno de los valores seguros de la cantera del Dépor. Internacional sub-17, está ante la primera gran oportunidad de demostrar su valía. «Todas las sensaciones son muy buenas. Los compañeros me acogieron muy bien. Soy jugador del filial, pero estoy con muchas ganas por lo que pueda venir. Estoy luchando para poder tener minutos en el primer equipo. Todos los que venimos desde el filial estamos demostrando que podemos tenerlos», destacó en rueda de prensa.
A Bicho también lo sigue de cerca Fernando Vázquez. «El técnico habla con todos un poco, nos intenta enseñar cosas nuevas, nos dice que aprendamos y hagamos caso a los mayores. De todo, lo que más se nota es la fuerza física y la intensidad».
Satisfecho
El mediapunta también se congratuló por el buen papel realizado ante el Arouca, el miércoles. «Estuvimos muy bien. Íbamos los críos pero dimos la talla. El rival no nos dijo nada, supongo que nos veían muy críos, pero con la pelota lo hicimos bien», apuntó.