«Tiene madera para ser muy buen central. Una aceptable salida de balón, contundencia, colocación, buen juego aéreo, suficiente velocidad incluso para formar en una defensa adelantada... Y sobre todo, muchísimas ganas de aprender». Secho Martínez entrenó la pasada campaña a Quique Fornos en el juvenil del Dépor. Habla maravillas del canterano y lo sitúa en el nivel de Insua, Uxío o su compañero Rober, que no pudo entrar por lesión en la lista de Fernando Vázquez para Córdoba. A juicio del técnico, «lo que le faltan son minutos y competición a alto nivel, el resto de condiciones ya las tiene».
Una reflexión que avala el hecho de que el chaval, de solo 16 años, haya jugado siempre en categorías superiores a las que le correspondería por su edad. Siempre rodeado de chicos mayores, desde que llegó a Abegondo como infantil para perpetuar esa especie de dinastía de centrales con el sello de As Pontes. Porque de allí salió Quique Fornos, como Piscu o un Rochela que fue el encargado de convencerlo para cambiar de equipo y lo tuteló en sus primeros pasos como blanquiazul.
La gran sorpresa en la lista de Vázquez tendría que estar ahora en su primer año con el equipo de categoría Juvenil, pero ni lo ha pisado este verano. Hizo toda la pretemporada en el Fabril y aunque no fue titular en el estreno liguero sí lo hizo en los dos encuentros siguientes. El último, en compañía de Rober.