El prometedor Bryan Rabello llega hasta junio para optar al puesto de mediapunta blanquiazul
25 ene 2014 . Actualizado a las 11:48 h.En ese mundo obstinado en volverse pañuelo, Juan Emmanuel Culio relanzó su carrera en La Serena. Un club chileno que hoy milita en Segunda división bajo la dirección de Luis Pérez. El mismo entrenador que recibió a Bryan Rabello cuando aterrizó en Santiago, con solo doce años, para defender los colores del Colo Colo. El técnico que cinco temporadas más tarde convirtió al chico en la gran esperanza de los de El Cacique. Fue en la campaña 2011-2012 -la del fichaje de Culio por el Galatasaray-, dos después del precoz estreno del futbolista de Rancagua, que debutó como profesional a los 15.
El míster se puso ayer al teléfono y analizó para La Voz las virtudes y defectos del que fuera su pupilo. Opinó, para empezar, que Rabello se apresuró al saltar el charco: «Ese paso a Europa lo dio quizá demasiado rápido. Ya en su momento le dije que quizá habría sido mejor esperar uno o dos años aquí para seguir formándose». Un aprendizaje que el chileno podrá acelerar ahora en el Dépor, en donde optará al puesto de mediapunta -sí, el de Culio- antes de regresar al Sevilla en verano.
Lejos de casa desde pequeño
«Ahí crecerá, seguro. Llegará con ganas de demostrar la calidad que posee y no creo que vaya a tener ningún problema para adaptarse, porque es un chico joven, pero muy maduro, que ha vivido desde pequeño separado de su familia. Un futbolista muy centrado y sencillo que encajará enseguida», pronostica Luis Pérez.
La principal tara a pulir en este diamante que el técnico considera llamado a ser «el futuro volante de creación de la selección» es precisamente el exceso de confianza. Rabello quiere la bola en exceso. Le cuesta soltarla. «A veces conduce de más -advierte el míster-, tiene que evolucionar en el juego colectivo y eso es algo que puede aprender en Europa porque allí el fútbol es distinto, te obliga a buscar al compañero».
Buen chut con ambas piernas
Visto lo que el Dépor puede hacer por Rabello, toca repasar lo que el prometedor chileno de 19 años podría aportar a su nuevo club. «Está capacitado para hacer que el equipo mejore, es muy talentoso. Es pequeño (mide 1,68) y le falta corpulencia, pero se saca rivales de encima con facilidad. Le pega muy bien de izquierda y de derecha, tiene una gran habilidad y es rápido en trechos muy cortos. Explosivo», recita el técnico.
Derroche de virtudes que resucitaron a Colo Colo en una campaña que se presentaba aciaga y en la que finalmente acabó alcanzando las semifinales del campeonato doméstico. El éxito le valió al futbolista su primera convocatoria con la selección absoluta y un billete al Pizjuán, donde no acabó de brillar. Ahora podrá resurgir en Riazor. Como Culio, sí.