Sin juego, sin intensidad, sin milagros y con un penalti de más en Anduva

TORRE DE MARATHÓN

El Deportivo sucumbió ante el que era penúltimo clasificado sin merecer más
09 mar 2014 . Actualizado a las 18:13 h.Los milagros, en domingo, y buscándolos. Así lo comprobó ayer el Deportivo en Anduva en un encuentro flojísimo en el que esta vez no encontró la fortuna del tiempo añadido tras haber firmado quizá los peores 45 minutos de la temporada frente a un Mirandés que hizo incluso menos de lo justo para ganar y se aprovechó de un penalti inexistente.
Que el portero del hasta ayer colíder sea el mejor frente al que era penúltimo habla bien a las claras de los méritos contraídos por un Dépor carente de ideas.
Bandas
Juan Carlos y Rabello, de nuevo, desubicados
Como ya sucediera el pasado domingo contra el Hércules, Fernando Vázquez volvió a utilizar para las bandas a dos futbolistas que se encuentran más cómodos por el medio. Ante la temida fortaleza del cuadro local alineó músculo en el medio del campo con Wilk y Álex Bergantiños, dejando la creatividad de Juan Domínguez para la media punta. Ocupado el centro, desvió hacia la derecha a Juan Carlos y a la izquierda a Rabello, quienes continuamente se caían hacia el centro.
Laterales
Apenas aprovecharon los espacios que dejaban el chileno y el coruñés
La tendencia de Juan Carlos y de Rabello de irse hacia el centro dejaba las bandas libres para las internadas de Laure y Seoane. Pero no supieron aprovecharlas, sobre todo el madrileño, ya que el ourensano lo intentó en contadas ocasiones.
Intensidad
Solo 4 faltas en los primeros setenta minutos de juego
Prueba de la falta de intensidad mostrada por la escuadra blanquiazul es que transcurridos más de tres cuartos de partido apenas habían cometido cuatro faltas. Sin hacer nada del otro mundo, el Mirandés jugaba muy cómodo. Solo le faltaba la mordiente que añadió Pablo Infante cuando salió y que resultó decisiva.
El árbitro
Un penalti inexistente en contra y otro posible a favor
En unos minutos pudo condicionar el encuentro. Pitó un penalti dudoso contra el Deportivo y no vio uno posible a Borja. Pese a todo, no es excusa.