El Deportivo pierde ante el Numancia y cede el liderato de Segunda división

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

La lesion de Sissoko y la expulsión de Núñez cercenan al equipo coruñés, que mostró una pobre imagen en Soria

26 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El camino al ascenso tiene más adoquines irregulares de lo esperados y los tropezones están empezando a causar algo más que molestos moratones en las uñas. El Deportivo volvió a ser un equipo gris en Soria, donde cayó ante el hambre de salvación del Numancia. Otra vez encajó a balón parado y aunque reaccionó pronto con el gol de Luisinho, la lesión de Sissoko y la expulsión de Núñez (impropia de un veterano) cercenaron el ya de por sí escaso juego de los coruñeses, que acumulan cindo jornadas sin ganar cuando más contaba. El esprint final está pesando en las piernas del Dépor como un ciclista obligado a poner el plato grande después de subir cinco puertos. Y más si los resultados de los rivales directos amenazan con extender la ilusionante incertidumbre que amenaza con agonía. Por el momento, el Eibar le arrebata el liderato a dos partidos de la meta y el partido del Las Palmas se tornó intrascendente porque ahora la referencia para el corte es el sporting de Gijón. El partido de Riazor ante el Jaén adquiere la dimensión de final para los coruñeses, mucho más allá del sentido figurado.

El primer tiempo de Soria fue un pequeño microcosmos de lo que viene siendo la temporada del Dépor. Comenzó cediendo la pelota, encajó un gol a balón parado, reaccionó de forma súbita con la calidad de los fichajes de invierno y luego volvió a sestear poniendo en peligro lo recuperado. Atenazado por la responsabilidad y desnortado por el cambio a última hora del lesionado Wilk, el Deportivo no pareció en Los Pajaritos el candidato a cerrar su ascenso a Primera, sino un equipo más angustiado por cuitas similares a los anfitriones. El Numancia apretó acuciado por sus necesidades de poner fin al debate sobre la permanencia. Más que nadie, lo hizo Julio Álvarez, un jugador de calidad excelsa que resultó indescifrable para el improvisado doble mediocentro de Bergantiños y Rabello. Le costó al Dépor en el inicio trabajar hacia atrás ante la rapidez de toque del equipo de Anquela, que marcó a balón parado y asustó con un par de centros más.

Ni un minuto tardó Enrich en dar el primer aviso. Manuel Pablo casi embocó en su propia meta el toque del delantero del Numancia en el área blanquiazul. Lux atrapó con ciertos problemas un chut raso de Julio Álvarez antes de que el sadense colgase un córner plano, un golpeo hipnótico que cabeceó por la escuadra Regalón. El 1-0 hacía justicia al pobre arranque del Deportivo, que además recibió un remate de Enrich al larguero tras una brillante acción de Isidoro por banda derecha. De nuevo sufría el Deportivo en el talón de Aquiles que le mermño durante toda la temporada. Ni la brillantez global de Insua ni la contratación de Lopo han podido mitigar una sangría que nunca entendió de alineaciones ni de sistemas.

Con Núñez novedad en el once como extremo derecho, Sissoko ocupó la mediapunta del Dépor. El plan inicial con Wilk y Bergantiños era contener, salir rápido por las bandas y Sissoko como primer pase de contragolpe. Rabello, sin embargo, exigía más posesión para controlar el juego y el chileno no la olía en el arranque, al igual que sus compañeros. Fue Sissoko quien empezó a dar salida y el Dépor tuvo la suerte de empatar casi de inmediato. Tocó el africano, Bergantiños lanzó en profundidad a Rabello y el pase del chileno al corazón del área lo remató Luisinho en un escorzo meritorio que acomodó el interior de su pie izquierdo.

El gol fue un espejismo de unos minutos de recuperación coruñesa. El Deportivo volvió a ceder la pelota y no pasó apuros, pero se difuminó como si el partido fuera uno más de trámite. El Las Palmas marcaba en el primer minuto de su partido, y el peso de los dos partidos hacía ceder los hombros de lo blanquiazules. La lesión de Sissoko, tras una entrada al final de la primera parte, mermó al faro futbolístico del Dépor, que no encontraba a un Ifrán muy desconectado del juego. En la segunda parte el Numancia volvió a presionar con el balón. Palanca no resolvió tras un centro al área y el Dépor reemplazó al reenqueante Sissoko por Borja Bastón. Menos fútbol en el campo. Poco después, Núñez cometía una irresponsabilidad con una expulsión por doble amarilla que no venía a cuento.

El Dépor se vino abajo. Huérfano de fútbol sin Sissoko, en inferioridad numérica, con Marchena relevando a Ifrán para convertirse en contrafuerte del centro del campo, el equipo de Vázquez fue vulgar en los Pajaritos. Al Numancia no le quedó otra que dominar casi en área coruñesa. En otro balón colgado, Enrich se impuso a los centrales, superó la sosa salida de Lux y Palanca empujó a puerta vacía. Pocos minutos antes, el Eibar se adelantaba al Alavés. El Deportivo casi no pisó campo contrario en el segundo tiempo. Apenas dos carreras de Luisinho y otra de Rabello, que terminó con el chileno en el suelo con una carga sospechosa de Juanma. No hubo penalti pero lo pareció. De ahí al final el Numancia aguantó sin problemas y el Deportivo mostró la impotencia que se pudo ver en las últimas semanas, donde el sueño del ascenso se está convirtiendo en un camino de agonía con un final demasiado incierto.

2 - Numancia: Biel Ribas; Isidoro, Gaffoor, Juanma, Bonilla (Vicente, min. 80); Marc Pedraza (Palanca, min. 46), Regalón; Natalio (David González, min. 67), Julio Álvarez, Bedoya; Sergi Enrich.

1 - Deportivo: Lux; Laure, Lopo, Insua, Manuel Pablo; Alex Bergantiños, Rabello; Núñez, Sissoko (Borja Bastón, min. 58), Luisinho; Ifrán (Marchena, min. 68).

Goles: min. 21: 1-0: Regalón. Min. 26: 1-1: Luisinho. Min. 82: 2-1: Palanca.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité castellano-manchego). Expulsó (min. 59) al deportivistas Nuñez, por doble amonestación. Enseñó cartulina amarilla a los locales Pedraza, Bonilla, Julio Álvarez, Juanma y Biel Ribas y al visitante Lopo.