Lo primero que hay que tener claro estos días es que el sábado vamos a ascender a Primera. De eso que nadie tenga la menor duda. Y vamos a ascender porque somos mejores y porque vamos a salir mentalizados a ganar, con toda la afición detrás y no se nos va a escapar.
Sin embargo, hay cosas que no me están gustando estos días. Noto a la gente demasiado nerviosa. Tanto a nivel de prensa, como de afición observo cierto temor de que pueda suceder lo que nadie quiere. Pero no va a pasar. Porque el Deportivo sabe afrontar este tipo de situaciones y, además, aunque fallara en este partido, todavía que daría uno, y los rivales tendrían que acertar... Tranquilos, estoy convencido de que estamos en Primera.
Que piense eso, no quita que considere que este estado de presión no ayuda a los futbolistas. Llevan una temporada muy dura, que comenzó con el club a punto de descender a Segunda B por deudas. Jugadores sin cobrar, una plantilla confeccionada descompensada, un cambio en la directiva... Todas estas cosas se van acumulando hasta que al final, la tensión también llega a los jugadores y se añade al cansancio físico. Por este motivo, creo que lo idóneo hubiera sido haberse concentrado esta semana. Unos días en Vilalba, por ejemplo. Serviría para aislar a los jugadores del temor que observo en la ciudad y les ayudaría a estar 24 horas al día pensando en el Jaén.
Recuerdo en la temporada 1970-71 que nos jugamos el ascenso contra el Rayo. Ganamos con un gol de Beci. Estuvimos concentrados en el balneario de Arteixo y fue un acierto. El caso es que, con o sin concentración, el sábado regresamos a Primera.