En el fútbol, los malos recuerdos marcan con dureza la memoria del aficionado, quien, tras el revés de la derrota, suele comentar para sus adentros: «El domingo, ganaremos, y será diferente?». La frase resulta tan familiar que termina convirtiéndose en un único consuelo para aquel seguidor que acaba de sufrir lo indecible debido a la derrota de su equipo.
Esta entradilla al Punto de Mira de hoy tiene por objeto llevar un hálito de confianza al deportivismo, haciéndole ver que la derrota sufrida en Granada no debe tener -porque no la tiene- un significado especial. El Deportivo y el Granada son viejos conocidos porque ya se enfrentaron en varias ocasiones, incluso, con resultados que fueron considerados como de marchamo prefabricado.
Esta Liga es un campeonato que está naciendo. Siempre destacan sobre sus rivales algunos conjuntos que salen con la vitola de favoritos. Es pronto para hablar de tal condición entre los competidores, aunque mencionar al Rayo Vallecano a los aficionados coruñeses, es recordarles una tarde del mes de mayo de 1983, cuando los madrileños cortaron el ascenso a Primera y lo desviaron a Palma de Mallorca. Fue un golpe tan adverso que aún sigue doliendo a los más veteranos aficionados coruñeses.