Tras la marcha de Filipe Luís en 2010 el puesto de lateral zurdo se convirtió en un quebradero de cabeza para el Dépor
05 dic 2014 . Actualizado a las 18:09 h.Con el anuncio oficial de la renovación de Luisinho hasta 2018, el Deportivo parece poner fin a la maldición que parece haber perseguido a la posición de lateral izquierdo en estas últimas cinco temporadas. Tras la traumática lesión de Filipe Luís en enero de 2010 en un partido de liga ante el Athletic y la posterior marcha del brasileño al Atlético de Madrid en verano de ese mismo año, la posición de lateral zurdo se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el conjunto deportivista en este último lustro.
En esa misma temporada 2009-2010, el propio Filipe Luís competía el puesto con el colombiano Brayan Angulo, quien apenas disputó dos partidos con el conjunto gallego después de una grave lesión de ligamentos en un partido de Copa del Rey ante el Murcia. Con los dos laterales zurdos del equipo lesionados, Miguel Ángel Lotina tiró entonces de cantera y le dio la oportunidad al coruñés Raúl García, que disputó cinco partidos de liga a un nivel aceptable, aunque nunca llegó a tener la confianza plena del técnico. Esa temporada, el equipo sufrió con la lesión de Filipe y firmó una discreta segunda vuelta del campeonato.
De cara al siguiente curso, Augusto César Lendoiro estaba dispuesto a resolver el problema del lateral zurdo y para ello fichó al paraguayo Claudio Morel y al noruego Rindaröy, pero ninguno de los dos acabó por asentarse en el puesto. El defensor paraguayo disputó 17 partidos esa temporada, pero nunca llegó a convencer a Lotina para el puesto. Por su parte, Rindaroy tuvo una presencia testimonial, jugando apenas seis partidos y abandonando el equipo en el mercado de invierno. Esa temporada acabaría con el Deportivo en Segunda División y con Manuel Pablo finalizando el curso como el lateral zurdo del equipo.
Para el proyecto en Segunda División, el conjunto blanquiazul incorporó al canario Ayoze Díaz para competir con Morel en el flanco izquierdo. José Luis Oltra confió mucho en Ayoze durante la primera vuelta, aunque se inclinó por la veteranía y garra del paraguayo en la segunda mitad de un campeonato eterno que acabó con el conjunto herculino como campeón de la categoría y con el récord de puntos incluido, 91.
El Depor volvía a Primera pero seguía sin encontrar la estabilidad en la banda izquierda. Tampoco lo haría en la campaña 2012-2013. Ese verano llegaron a Riazor el brasileño Evaldo procedente del Sporting de Lisboa y el portugués Tiago Pinto, del Río Ave. Fue el año de mayor inestabilidad en el puesto. Oltra le dio la confianza a Evaldo en el primer tramo de temporada, pero las malas actuaciones del lateral, con errores impropios de un futbolista de Primera División le convirtieron en el principal foco de crítica de la grada, que veía como el equipo hacía aguas por esa banda izquierda. Ayoze y Tiago Pinto también tuvieron sus oportunidades, pero tampoco ellos demostraron tener el nivel suficiente para asentarse en el equipo.
Silvio, la excepción
En el mercado de invierno el Deportivo incorporó como cedido a otro lateral portugués, Silvio, que llegó procedente del Atlético de Madrid. Pese a su condición de diestro, el zaguero luso rindió a un gran nivel como lateral izquierdo, primero con Domingos Paciencia y, especialmente, con Fernando Vázquez, erigiéndose en una pieza vital en la magnífica segunda vuelta que realizó el cuadro gallego con el de Castrofeito en el banco. Silvio disputó 17 partidos con el Dépor y anotó dos goles, uno de ellos especialmente emotivo y bello en el derbi contra el Celta, dejando un gran recuerdo en la afición deportivista.
De nuevo en Segunda División, el Dépor volvió a acudir al mercado para incorporar a un nuevo lateral izquierdo y esta vez volvió a mirar a Portugal para fichar a Luisinho, que llegaba procedente del Benfica. Aunque comenzó la temporada como lateral izquierdo, la falta de desequilibrio ofensivo del equipo propició que Fernando Vázquez le adelantase a la posición de extremo izquierdo, donde se convirtió en uno de los baluartes del equipo, disputando 32 partidos y erigiéndose en una de las piezas clave del ascenso.
Con la llegada de Canella y la vuelta a Primera División, Luisinho mantiene su status en el equipo y, pese a las numerosas incorporaciones, el luso se ha mantenido como titular indiscutible en el equipo, esta vez de nuevo en el lateral izquierdo, donde a base de pundonor, garra, entrega y calidad se ha convertido en uno de los favoritos de la grada, que ve como con su renovación hasta 2018 el puesto de lateral zurdo vuelve a tener un nombre propio, tras varios años marcados por la inestabilidad y la mediocridad.