No recordamos un mal tan grave y penoso como el que actualmente sufre el entorno deportivista. No lo recordamos, porque en tantos años de existencia del club nada igual, ni siquiera parecido, amenazó con tanta maldad y virulencia al deportivismo que se ve invadido de tal forma por el comportamiento de un sector que se autodenomina como aficionados al fútbol quienes, de seguir por ese camino, terminarán con la existencia del Deportivo. Así, tal como sueña. El temor es muy serio porque los hechos van a más, tanto que uno llega a poner en duda que se recupere el ambiente normal que vivíamos en Riazor, triste si se perdía y alegre cuando se ganaba.
De entonces a los momentos actuales cambió todo tanto que vemos al Deportivo dando tumbos por la Liga y a esa parte de seguidores (?), reaccionar ruidosamente y de forma peligrosa en un comportamiento que no lleva a parte alguna. Increíble, pero así es y hay que decirlo en este Punto de Mira que jamás pensé escribir porque tampoco sucedían hechos que obligaran a emplear esos términos que el fútbol de ahora nos causa desesperación llegando a temer, como queda dicho, por la supervivencia del Real Club Deportivo de La Coruña.