El Dépor baila con el agua al cuello

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Los coruñeses volvieron a mostrar su mejor versión en el momento más difícil

04 ene 2015 . Actualizado a las 16:35 h.

Por tercera vez este curso, el Dépor tuvo que verse con el agua al cuello para mostrar su mejor versión. Siempre en Riazor.

El once

Con los de Villarreal

Víctor Fernández apostó por el mismo equipo que había salido abochornado de El Madrigal. Pese a la falta de intensidad e ideas que demostró el grupo en Villarreal, el técnico se la jugó a que sus futbolistas quisieran redimirse sobre el césped, dándole de paso un nuevo respiro. Las novedades respecto al último encuentro del 2014 se limitaron a Insua (por Sidnei, sancionado) y Luisinho (que volvía tras cumplir ciclo de amarillas).

La actitud

Presión en todo el campo

La gran diferencia durante los primeros 90 minutos de fútbol del 2015 estuvieron en la intensidad con la que se desempeñó el plantel. Una irreprochable entrega que se extendió a cada rincón del campo y que metió en muchísimos aprietos al Athletic en las proximidades del área de Iraizoz. El portero visitante fue de los que más sufrió, con un par de intentos de despeje abortados que estuvieron cerca de acabar en la red. Nadie escatimó esfuerzos y la grada se lo reconoció especialmente a Cuenca, cuya entrega había quedado en entredicho en otras ocasiones.

El doble pivote

Paso al frente de Bergantiños

Fue precisamente en ese atosigamiento al adversario donde empezó a destacar ayer Bergantiños. El de La Sagrada dio un paso al frente imprescindible más allá de su juego con balón (estuvo muy acertado en el pase). Ordenó al equipo y se multiplicó en las ayudas hasta conseguir hacer olvidar a Wilk, de nuevo relegado al banquillo. Víctor considera que el canterano guarda mejor la posición que el polaco. También que Juan Domínguez tiene más chispa que Medunjanin. El naronés no brilló frente al Athletic, pero sí logró dar pausa al juego cuando más apretaban los bilbaínos.

Los laterales

Incursiones necesarias

La vuelta al once de Luisinho (sumada a la necesidad y a la vuelta a Riazor) alteró radicalmente el escenario en la banda izquierda. El portugués pisó mucho el campo rival durante la primera mitad, obligando a De Marcos a quedarse atrás. Además, anuló a Susaeta, sustituido en el descanso. En la derecha, Juanfran también recuperó su mejor versión y metió en muchos problemas a Balenziaga, asociándose con José Rodríguez. El alicantino ya no desentona en el extremo. Suma desequilibrio a su excelente visión de juego.

La zaga

Atención en las coberturas

Sin Sidnei, Lopo e Insua recuperaron el dúo con el que el Dépor arrancó el campeonato. Es cierto que el equipo extrañó la contundencia del brasileño, sobre todo en los balones colgados al área por los de Valverde, pero la pareja ocasional estuvo a cambio muy fina en las coberturas. Tanto para tapar los errores del otro, como para ayudar en las bandas,

El punta

Infatigable Toché

La ovación con la que la grada despidió a Toché no respondió a ningún gol del murciano. Fue el pago a un inconmensurable trabajo de caza de balones divididos y persecución de los que caían en pies del adversario. Una labor de la que se benefició la segunda línea, en especial un inconmensurable Cavaleiro, que además de marcar se vació sobre el césped.

El árbitro

Permisivo con el Athletic

Señaló dos manos claras, una entrada criminal y varias infracciones menores, pero Undiano Mallenco decidió tolerar la aspereza bilbaína sin sacar una tarjeta hasta pasada la hora de partido.