Un punto, por buenos

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Kai Försterling | EFE

El Dépor dejó detalles para el optimismo pero estuvo muy inocente ante Mariño

10 ene 2015 . Actualizado a las 12:37 h.

Codazos, pellizcos, golpes por debajo de la cintura... Fútbol subterráneo en un campo a la medida, con el césped siempre a punto de saltar por los aires. Como Barral y Lopo. Como el Levante y el Deportivo. El duelo entre el delantero granota y el central blanquiazul fue un resumen del mantenido por sus equipos. Un partido trabado, sin apenas continuidad en el juego, en el que las ocasiones llegaron más por el error del adversario que por el acierto propio.

Tensión e imprecisiones

Desacierto en superioridad

Lopo y Barral concluyeron el primer tiempo con una amarilla por cabeza, fruto de sendos recados. Fue el cruce más áspero de los muchos mantenidos a lo largo del Ciudad de Valencia. El conjunto de Alcaraz y el de Víctor Fernández se ciñeron al guion. Los de casa carecen de recursos y los visitantes se entregaron al tedio que suele presidir sus encuentros lejos de Riazor. Es cierto que las ocasiones más claras cayeron del lado del Deportivo, pero solo por la manifiesta incapacidad del Levante de blindar su campo de forma coordinada. Dejaron muchos espacios los granotas y hubo varias acciones en igualdad o superioridad numérica para el conjunto blanquiazul. Sin embargo, la precipitación, el egoísmo y el desacierto emborronaron las incursiones coruñesas.

Presión organizada

Forzar el error

El pésimo estado del césped se convirtió en aliado deportivista en el ejercicio de presión a la salida de balón local. Los valencianos sufrieron el atosigamiento ordenado al que les sometieron Toché, Cuenca, Cavaleiro y José Rodríguez. Morales fue el único titular que superó el 80% de acierto en el pase en el Levante, para un 65% global. Las pérdidas, tanto en jugada como a balón parado, propiciaron buenas contras blanquiazules, pero faltó definir: trece disparos (seis entre los tres palos) y ningún gol.

Crecimiento individual

Brilló Sidnei y mejoró Cuenca

Dos de los remates que realizó el Dépor los firmó Sidnei, que tuvo muchísima presencia en ambas áreas. Anuló al rival en la propia (los de Alcaraz no probaron a Fabricio) y se ofreció como alternativa frente a Mariño. Destacó también el crecimiento de Cuenca, un futbolista al que urge recuperar. Estuvo egoísta (sobre todo en una acción en la que José Rodríguez pedía la pelota solo a su derecha), pero cuando buscó aliados acabó liderando los arreones del equipo de Víctor.

Balón parado

Concesiones y alternativas

En un duelo falto de fluidez, los coruñeses concedieron demasiadas ocasiones a balón parado a un oponente que no supo exprimirlas. En las acciones de estrategia a favor, Cavaleiro se confirmó como lanzador, y se vio alguna alternativa ensayada, sobre todo mediante el saque en corto.