Lopo: «Ellos que pongan a quien quieran, nosotros nos jugamos la vida»

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Sostiene que el hambre del Dépor debe anular la diferencia de nivel con el Barça

21 may 2015 . Actualizado a las 13:16 h.

Fue caerle los 35 y venirse arriba como goleador. Ahora que toca hacer buena la racha, Alberto Lopo (Barcelona, 5 de mayo de 1980) ha borrado de su cara el gesto contrariado que lucía al concluir el duelo con el Levante.

-¿Ya no hay miedo al Camp Nou?

-Hay que ser optimistas. En cuanto acabó el partido lo primero que hicimos fue preguntar por el resto de resultados y cuando supimos que no nos habían acompañado... Aunque la realidad es que dependemos de nosotros mismos y que hasta con un punto seguro que nos sirve, aunque sea en un campo dificilísimo como el del Barça. Tenemos que hacernos fuertes, sobre todo de cabeza. Pensar que es el último partido de nuestra vida.

-Y su oportunidad de marcar en tres partidos consecutivos. El de Bilbao lo festejó como loco. Se quitó un peso de encima.

-Llevaba mucho tiempo buscando el gol y no venía. Pero el de Bilbao lo habría celebrado igual independientemente de quién lo hubiera marcado porque nos dio la vida. Luego tuve la suerte de volver a marcar contra el Levante y ojalá la tenga otra vez este sábado, que ya sería la bomba.

-¿Necesitaba reconciliarse con la grada? ¿Se siente liberado?

-En el fútbol pasamos de héroes a villanos y de villanos a héroes en milésimas de segundo. Ahora estoy disfrutando de un par de semanas muy positivas y ojalá pueda seguir con esta línea terminando salvados. Se me quedará el sabor de boca de que no ha sido una temporada buena, pero que al menos la habremos terminado cumpliendo el objetivo. Todos tenemos altibajos a lo largo del año y ahora me coincide un buen momento. Los goles suben el ánimo, pero si no hubieran llegado habría seguido con los pies en el suelo y trabajando.

-Lo de que la temporada no ha sido buena... 34 puntos llevan.

-La temporada ha sido muy mala. Eso lo sabemos bien todos. Ahí están los números, aunque acabemos salvándonos. Pero siendo todo lo mala que ha sido llegamos al final con la posibilidad de salvarnos con un empate, dependiendo de nosotros mismos. Como mínimo, que nos sirva a todos de lección para hacer las cosas mejor en el futuro.

-Y podrían salvarse con 35.

-Pues esa es la realidad. De mitad de la tabla para abajo el nivel es este. Y los de arriba van sobraos. Qué le vamos a hacer.

-Para el objetivo hay que puntuar en casa del campeón. Que contará con Iniesta, Messi, Neymar... Sinceramente, ¿lo ve posible?

-El reto es grande, pero tenemos que hacer que el hambre, nuestra necesidad, anule la diferencia de nivel. Ellos que pongan a quien quieran. Ya han ganado la Liga y nosotros nos jugamos la vida. Se tiene que notar.

-Esa conjura suena a la de antes del partido contra el Elche. ¿Cómo pudieron salir luego así?

-Aquel fue uno de esos partidos en los que parecía que todos estábamos mentalizados y luego ninguno dimos la talla. Fue un desastre. Pero de aquello tenemos que sacar la lección para el sábado. Desde el cambio de míster hemos tenido ese bache y el de la primera parte contra el Atlético. En el resto de partidos, el equipo ha competido siempre.

-¿Antes faltaba actitud?

-Yo nunca desmereceré a nuestro anterior entrenador. Cada uno tiene su estilo. Es cierto que ahora tenemos un patrón claro de cómo jugar, de cómo contrarrestar al rival. Eso es así.

-Sí han llegado los goles a balón parado. Quizá por ahí se le pueda meter mano al Barça.

-En eso tenemos que ir a muerte. No sé si tendremos muchas ocasiones de ese tipo, pero hay que aprovecharlas al máximo porque es donde ellos fallan más.

-¿En el Córdoba tiene alguna fe?

-Lo mejor del partido contra el Levante fue que hasta que se terminó nadie estaba pendiente de lo que pasaba fuera. Claro que te mata la curiosidad, pero tenemos que estar centrados al máximo.

-El sábado despedirán a Xavi. ¿Cree que el pasado domingo despidieron a Manuel Pablo?

-Conociendo a Manuel, lo mismo nos aguanta tres años más. Tiene una genética de un tío de 20. Y a Xavi, que es un icono de esto, le desearemos toda la suerte del mundo después de fastidiarle un poco la despedida.