Corren buenos tiempos para el Dépor. El equipo es quinto en Liga tras sumar dos triunfos seguidos, uno de ellos ante el Celta. Además, en Copa tiene pie y medio en los octavos de final, después de ganar en el campo de la Llagostera con los futbolistas menos habituales. Muy buena noticia, por cierto, que los suplentes aprieten a los titulares. En el torneo copero hemos visto que Cardoso merece más oportunidades, que Fede también llama a la puerta o que Oriol por fin ha encontrado el gol. Sin duda, el Deportivo tiene que aprovechar esta inercia para poder soñar con firmar una gran temporada. Ahora mismo tiene el viento de cara y su misión es saber aprovecharlo para llegar a buen puerto.
El próximo rival en el campeonato doméstico será el Sevilla, un conjunto con muchas dudas tras más de tres meses de competición. Fuera del Sánchez Pizjuán todavía no ha ganado y sólo ha marcado tres goles de los dieciocho que lleva. Suma tres empates en seis salidas, un pobre balance para un conjunto que este año parece que comenzó con la mente un poco nublada por culpa de la Champions League. El Dépor ya ha demostrado en Riazor que puede ser un equipo muy complicado y contra los andaluces debe proponer un partido áspero e incómodo. Un buen resultado daría más alas a los blanquiazules.
La pelea en la zona baja de la Liga sigue muy interesante y muy apretada. En la última jornada no ganó ninguno de los últimos siete equipos de la tabla. El Málaga dejó volar dos puntos ante el Granada, mientras que el Levante perdió ante el Betis, pero mereció más. El gran beneficiado fue el Getafe que cogió aire tras vencer al Villarreal. Aunque realmente, el gran vencedor en esta lucha está siendo el Deportivo, que cada vez ve más lejos el descenso. Ahora toca seguir trabajando con humildad y huir de la relajación o la confianza. ¡Hay que aprovechar la inercia!