Una semana más el Dépor no ha ganado, pero tampoco ha perdido. Es el equipo de Europa que más empates lleva a estas alturas de la temporada y, aunque no ha logrado más triunfos que muchos de los equipos de la zona baja de la tabla, tanta igualada le ha permitido vivir lejos del precipicio desde el comienzo de la Liga. Con diez puntos de ventaja sobre el descenso es complicado criticar al equipo.
A pesar de todo esto, es verdad que el Deportivo en muchos partidos parece conformarse con no perder. Uno de los tópicos del fútbol reza que sumar siempre es positivo, y otro dice que los empates se hacen buenos con victorias. ¿Con cuál nos quedamos? Parece evidente que esta campaña el Dépor está haciendo bueno el primero.
El sábado llegará el momento de confirmar el segundo de esos tópicos. Riazor se merece celebrar una victoria que se resiste desde el pasado 19 de diciembre, un triunfo que reafirme los últimos empates. El Betis, próximo rival, ha mejorado desde la llegada de Merino al banquillo y se ha situado a seis puntos del Dépor. Es una magnífica oportunidad de seguir asfaltando ese camino hacia la permanencia del que no paramos de hablar. Los andaluces se han reforzado bien en el mercado invernal y con su nuevo entrenador son un conjunto al alza. Sin duda será un partido complicado. Yo no me fío.
En esa pelea por la salvación las cosas están empezando a ponerse serias. El Levante, que este fin de semana perdió con el Barcelona, comienza a descolgarse y se queda a cinco puntos del objetivo. El Betis, el Rayo, el Sporting e incluso el Granada y Las Palmas parece que están acelerando. Mientras, en el otro lado del ring, el Espanyol se hunde y el Getafe sigue sin dejar buenas sensaciones.