
De no arrastrar la pesada deuda heredada, el club estaría en disposición de luchar por logros más ambiciosos
19 jun 2016 . Actualizado a las 15:13 h.La afición blanquiazul tiene asumido que hay entrenadores y futbolistas a los que no se puede aspirar porque el tope salarial manda y el Dépor está a la cola de los equipos de Primera División. Es la herencia dejada por Augusto César Lendoiro al actual consejo de administración.
Ciento sesenta millones de euros de deuda, ingresos hipotecados y una amenaza de desequilibrio constante. Los números no engañan. Pero la pregunta es: ¿Y si el Deportivo estuviera saneado? ¿A qué podría aspirar?
Pues, de inicio, a no tener que destinar más de quince millones de euros anuales a reducir deuda. Una cantidad que podría incrementar el tope salarial. Aspiraría a poder ofrecerle a Lucas un contrato lo suficientemente tentador como para no plantearse abandonar, de nuevo, su casa. También a no tener que confeccionar una plantilla nueva cada temporada porque los cedidos regresan a sus clubes de origen o aquellos jugadores que tiene compartidos con otros clubes deben de ser traspasados.
Si el Dépor estuviera saneado, podría permitirse alguna apuesta arriesgada por jugadores sin temor a que un gatillazo pudiera ser letal. Pero la mochila pesa mucho y condiciona a todos los estamentos del club. Y, en estas fechas, principalmente al departamento que dirige Richard Barral, que en su primera experiencia como director deportivo le ha tocado reinventarse cada año y contrarrestar la falta de dinero con horas de trabajo. Si el Dépor estuviera saneado, aspirar a Europa no sería un sueño sino una obligación.