El meta canario se ha despedido entre lágrimas del Deportivo tras firmar un acuerdo con el Besiktas turco durante tres años
05 jul 2016 . Actualizado a las 20:07 h.Entre lágrimas y visiblemente emocionado. Así ha puesto Fabricio punto y final a su segunda etapa en el Deportivo, al que llegó cuando era un adolescente. El meta, nuevo portero del Besiktas ha confesado que, su marcha del conjunto coruñés «ha sido meditada y tomada en el último momento», y según explicó «tomada por motivos deportivos», ya que su nuevo club disputará Liga de Campeones. Su vinculación con el club turco ya viene desde el mes de enero, cuando un acuerdo firmado por ambas partes ya le vinculaba para los tres próximos años. El nuevo portero del Besiktas turco reconoció que «desde la distancia seguiré siendo un deportivista más».
Con respecto a su nuevo equipo reconoció que «el Besiktas creo que es el club adecuado, un gran club, una gran ciudad, una nueva experiencia y es un reto. Creo que es el momento oportuno y la decisión acertada decir hasta luego», señaló. Por este motivo aseguró que no había aceptado la renovación del club coruñés.
El meta canario ha querido despedirse agradeciendo al club y «sobre todo a Tino y a su gente por lo que están haciendo por hacer crecer el club». «Llegar y coger el club levantándolo poco a poco, ladrillo a ladrillo. Han sido francos con nosotros. Lo único que nos dijeron es que solo nos preocupáramos de jugar», afirmó el portero.
Fabricio se deshizo en elogios hacia todos los miembros del club. Ha querido agradecer a «los cuerpos técnicos que han pasado por el club en estos tres años que me han hecho mejorar crecer como portero. A mis compañeros, que algunos me han marcado», afirmó y quiso hacer una mención especial a «gente que ha ganado títulos importantísimos como Marchena. Toché y Núñez que nos ayudaron al ascenso y no he tenido más sensación de euforia y alegría que entonces».
También se acordó de Manuel Pablo «que para mí es como mi hermano mayor. Le doy las gracias porque tener una persona así, que viva el día a día con tanta pasión, querer jugar y ser el mejor con la edad que tiene, no tiene precio. Ha sido muy importante tenerlo en el vestuario. Es uno de los espejos donde mirarse», reconoció.
Fabricio no quiso irse sin acordarse de los aficionados, «sin ellos sería imposible. Aquí se vive y se siente el deportivismo que hay por las calles. Gracias a los que se desplazan, son un ejemplo. Espero poder vivir la mitad de las sensaciones que he vivido aquí en mi próxima etapa», agradeció.