El nuevo modelo en la elección de capitanes, otro paso para evitar que se repitan problemas internos
11 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En la letra pequeña de la rueda de prensa de Tino se coló un tema descabalgado de los titulares por el despido de Víctor Sánchez. El técnico madrileño pagó con el puesto los lamentables sucesos del último tramo de temporada. «He visto más problemas aquí este año que en los doce anteriores», llegó a admitir un futbolista bragado como Cani. El presidente cortó con el míster, pero no se detuvo ahí en la caza de culpables. Frente a los medios, reprochó la actitud de algunos jugadores y señaló con una frase a los portadores del brazalete: «Vamos a cambiar el método de asignación de capitanes, que hagan un grupo más rico para solucionar situaciones como esta». Apuntaba así el dirigente a la falta de capacidad de los presuntos hombres fuertes de la caseta para atajar las fricciones, que se dispararon hasta el esperpento en la previa de la visita del Real Madrid. De hecho, fue el futbolista con más solera del grupo quien protagonizó la primera de una serie de delirantes comparecencias. Tras el roce Arribas - Luisinho, Manuel Pablo leyó un comunicado (del que buena parte del plantel no sabía nada) denostando al portugués. A partir de ahí, ninguno de los futbolistas blanquiazules acertó a frenar el disparate.
La excepción de Mauro Silva
El Deportivo de aquel accidentado ascenso dirimido ante el Murcia tenía como capitán al Flaco Gil. Aquel fue el último partido en Riazor del de Sanlúcar, que cedió el cargo a Lasarte. La pelea por el brazalete blanquiazul se decidió casi siempre por veteranía; una filosofía que en las últimas décadas solo rompió Carlos Alberto Silva, quien en la temporada 1996-97 nombró representante del plantel al otro Silva del equipo, su compatriota Mauro.
Un modelo mixto
Tras el escarmiento del pasado curso, el club ha optado por priorizar la estabilidad del vestuario al confeccionar la plantilla. En el particular draft de entrenadores, se puso el acento en la capacidad de gestión y en el cuerpo técnico que acompañaría al míster. Algo parecido ocurrirá en la selección del portador del brazalete. La fidelidad al equipo seguirá pesando, pero se tomará también en cuenta la opinión de los futbolistas, la de Garitano y la de la directiva. Todas las partes quedarán representadas.
Laure y Bergantiños siguen
En una entrevista concedida a La Voz poco antes de salir hacia Mallorca, Juan Domínguez afirmaba que los últimos capitanes del Dépor tenían «la conciencia tranquila». No obstante, mostraba comprensión ante la decisión tomada por Tino: «Me parece bien que cambie el método». Su adiós y el de Manuel Pablo facilitarán la transición. Laure y Bergantiños, los otros dos líderes blanquiazules de la pasada campaña seguirán ejerciendo.
El peso del entrenador
En la primera rueda de prensa de esta pretemporada, Garitano mostró su interés en tomar parte en la selección de capitanes. «Quiero aportar», manifestó. Esgrimió un motivo comprensible: «Me gustaría tomar parte en eso porque al final soy yo el que va a convivir con ellos y pretendo que haya una representación fuerte del equipo». Albentosa es el único viejo conocido del míster, pero acaba de llegar y es difícil que obtenga ascendencia inmediata.
Portavoz de la caseta
El míster también se mostró comprensivo ante la posibilidad de que desde la directiva se quiera influir en la búsqueda de un enlace con los jugadores. En este caso, la veteranía volvería a sumar puntos y jugadores como Lux o Navarro (excapitán del Sevilla) podrían aspirar al brazalete.
La antigüedad, un valor a la baja en la Liga
«En muchos sitios funciona diferente y no tiene que ver con el tiempo que lleves en el club». Cuando Juan Domínguez aplaudió el giro que se pretende dar en la selección de capitanes del Dépor se refirió a los modelos imperantes en otros equipos de Primera. El apunte del naronés tiene base empírica, y es que la antigüedad ha ido perdiendo peso en la Liga entre los valores fundamentales del portador del brazalete. Solo media docena de clubes de la máxima categoría se entregan a los más veteranos como representantes exclusivos del plantel. Por contra, en la mayoría de casos el designio parte de la votación del grupo o de un sistema mixto como el que ahora se pretende implantar en A Coruña.
El Barça, máximo exponente
En el último campeón liguero, son los futbolistas quienes asumen todo el peso de la selección de portavoces. Se trata de un club en el que los capitanes adquieren bastante protagonismo y en el curso pasado los elegidos fueron Iniesta, Messi, Busquets y Mascherano (el argentino reemplazó a Xavi). En el otro equipo gallego en Primera, también hay sufragio en la caseta y en el próximo se deberá encontrar relevo para Nolito, que secundaba a Hugo Mallo, Cabral y Sergio. Augusto ya dejó un importante vacío al fichar por el Atlético a mitad de curso. También en el Eibar que dirigió Garitano había votación. Ahora el brazalete lo lleva Dani García, pero cuando estaba el actual técnico blanquiazul lo portaba Arruabarrena.
El sistema del Bernabéu
Si no hay ninguna salida inesperada, Ramos, Marcelo y Pepe seguirán siendo los capitanes del Real Madrid. En el Bernabéu todavía pesa la antigüedad, como en el Villarreal o el Athletic. Entre los recién ascendidos, también son mayoría (Osasuna y Leganés) quienes se basan en la solera para la selección de representantes.
El Sevilla, a la espera
Emery apostaba por una fórmula mixta que ahora queda a expensas de lo que decida Sampaoli. En Granada el primer capitán es el más veterano y el resto salen de una votación.
Valencia, Atlético y Real
En Mestalla, los capitanes bailaron bastante a lo largo de la pasada campaña, debido principalmente a los relevos en el puesto de entrenador. Allí es el técnico el que elige. En el Atlético, la opinión del Cholo también pesa, mientras que en la Real Sociedad a los veteranos se les suma siempre algún foráneo con empaque.