El Deportivo atraviesa el primer momento complicado de la temporada. Tras sumar tan solo un punto en los últimos cuatro encuentros, han aparecido las dudas alrededor de un equipo con problemas en el apartado ofensivo, tres goles en seis partidos dejan al descubierto la debilidad. Tras esta mala racha de resultados el Deportivo se ha metido en la zona baja de la tabla y los nervios han saltado a escena, sinceramente, creo que antes de tiempo.
Es verdad que los datos no mienten, pero a veces si pueden ser engañosos. El Dépor no está tan mal, es un buen equipo en defensa y esto es fundamental en la lucha por la permanencia. Ha encadenado una mala de resultados en una serie de partidos en los que mereció algo más. Frente al Athletic de Bilbao perdió injustamente. Contra el Alavés empató en un partido igualado y defensivo, mientras que ante el Leganés disfrutamos de los mejores minutos de juego de la temporada, antes de que los locales desapareciesen del campo en una segunda mitad para olvidar. En el Calderón, los blanquiazules se lo pusieron muy complicado al Atlético de Madrid hasta quedarse con un jugador menos. Este Dépor compite y esa es una buena señal, evidentemente debe mejorar y solucionar sus problemas de gol.
En estos momentos el objetivo de los de Garitano tiene que estar muy claro, ganar el sábado en Riazor al Sporting de Gijón. Un triunfo cortaría la racha de malos resultados y daría aire a un conjunto que en las dos próximas jornadas tendrá que visitar al Barcelona y al Celta de Vigo. Tras el partido frente a los asturianos la Liga parará una semana, un tiempo que se puede hacer muy largo tras una decepción.