Fayçal Fajr: «Quizá me falte algo de pausa, pero siempre he jugado así»

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

El marroquí asume sus carencias, pero pone en valor las virtudes que le han llevado al Dépor y a la selección de su país

29 oct 2016 . Actualizado a las 14:06 h.

Cuando siendo un adolescente veía como sus padres se levantaban de madrugada para ganar el dinero justo para no pasar hambre, se prometió que en su lucha por ser futbolista nunca iba a regatear una gota de sudor. Cuando con 19 años buscaba acomodo en la Segunda División y soñaba con llegar a jugar en un campo de Primera ante miles de espectadores se obligó a tener una máxima que es que «se puede fallar un gol, pero nunca dejar de correr». Años después, ya asentado en el fútbol profesional, Fayçal Fajr es fiel a sus principios y no escatima esfuerzo en sus partidos. Su despliegue físico es indiscutible. Cada encuentro se convierte en uno de los blanquiazules con más kilómetros recorridos y mayor desgaste físico. La única duda que ofrece es su orden y sobre él reflexiona. «Quizá me falte algo de pausa, pero siempre ha jugado así».

-¿Cómo se está viviendo la semana posterior a salir goleados del derbi?

-Jodidos. Más que nadie. Los primeros jodidos somos nosotros. No entramos al campo para perder. Creo que el resultado es demasiado abultado, pero perdimos y hay que seguir trabajando. Lo siento por la afición, porque es un partido diferente a los demás. Pero hay que pasar página lo antes posible. No podemos quedarnos con las dos últimas derrotas, porque sería perjudicial para nosotros.

-Fue expulsado en el Calderón y después llegó una exclusión de una convocatoria. ¿Cree que fue un castigo del entrenador?

-No lo sé. No quiero pensar eso. Como siempre, en un club hay un entrenador. Él manda. Es el jefe y hay que respetar su trabajo.

En lo de la tarjeta roja, al que primero le fastidia es a mí. Lo pasé mal. Pero son cosas que suceden en el fútbol.

-¿Ha repetido muchas veces la acción en su cabeza?

-Cuando no estás acostumbrado a tener una roja, es normal que le des vueltas. Estábamos bien en el campo en el primer tiempo. Y en una acción en el campo contrario, que no era peligrosa, voy con todo, quiero frenar, pero no me da tiempo. Noté que chocaba con el rival y sin mirar al árbitro ya me fui directo para el vestuario. Estuve muchos días mal. Lo admito.

-¿Se sintió injustamente tratado por las críticas?

-Nunca gusta escuchar cosas que se escucharon, pero al final todo está bien. Hemos hablado en el vestuario y lo hemos olvidado. Son cosas que pasan. Mire Laure, que también vio una roja, sin querer darle a Neymar. No era expulsión, pero le enseñaron la tarjeta. Son cosas que pasan en el fútbol. Y, ante eso, tenemos que estar todos unidos hasta el final. Lo viví mal, pero lo hablamos y se acabó.

-¿Le dolieron más los comentarios que salieron del vestuario o los de fuera?

-Lo que se dijo en los medios me molestó bastante. No se puede culpar a un solo jugador. Y lo digo con respeto, porque respeto el trabajo de cada uno. Pero es que parecía que me había levantado para ir al Calderón a ver una tarjeta roja y dejar a mi equipo con uno menos. Pero bueno, ha pasado tiempo y ya está. Fue la roja, luego no jugar un partido, la siguiente jornada fuera de la convocatoria, la llamada de la selección... Fue mucho tiempo parado, pero sirve para aprender. Es como si te dieran un golpe en la cabeza y luego te levantas.

-¿Cuál es ese aprendizaje?

-Que tengo un trabajo genial. El que quería desde pequeño y que mucha gente querría estar en mi sitio. Entonces, me doy cuenta de que si salgo de la convocatoria, o fuera del campo, no pasa nada. La importancia de estar en un club de Primera, en un club como el Deportivo es tal que hay que dar gracias y no lamentarse de nada.

-Este verano, el Deportivo se reforzó, especialmente, en la zona en la que usted puede actuar, ¿cuál es el secreto para que, a pesar de eso, siga acumulando tanto protagonismo?

-Trabajar. Desde pequeño soñaba con jugar un partido de Primera ante miles de espectadores. Hago el trabajo que quería, como le decía. Hay mucha gente que se levanta a las cuatro de la mañana. Yo he vivido esas cosas. Mis padres, mis hermanos... Los he visto levantarse para trabajar y ganar un salario mínimo. La vida no es fácil. En el fútbol tenemos la suerte de jugar. Ya sabemos que hay mucho dinero, te das cuenta de la importancia de lo que haces. Y por eso tienes que darlo todo. Tanto en el entrenamiento como en el día de partido. Es lo que yo hago. Mire, entrenamos cada día no más de una hora y cuarto o una hora y media. Entonces, ahí tienes que estar a tope. Todos fallamos, incluso delante de la línea de gol, pero en el esfuerzo no podemos fallar.

-Cierto que corre mucho, pero a veces da la sensación que concierto desorden.

-Pues nadie me lo ha dicho y el que me lo tendría que decir sería el entrenador, que es el jefe y el que manda. Si juego en la banda hay que correr mucho. No me gusta estar parado. Cierto que hay momentos en los que hay que tener paciencia y colocarse. Quizá me falte algo de pausa, pero siempre he jugado así. Y eso me ha permitido llegar al Dépor y a la selección. Cuando estamos abajo, la gente empieza a sacar cosas. El año pasado, en la primera vuelta, decían que Fayçal era bueno, que corría por todos los lados. Ahora parece que corro desordenado. Si alguien tiene que cambiar algo es el entrenador. De momento, seguiré igual.

-¿Por qué si en los entrenamientos se ve un equipo que trabaja la posesión, llegan los partidos y se abusa del pelotazo arriba?

-Tampoco creo que sea así. No creo que seamos un equipo que juega al pelotazo. Y cuando lo hacemos no es porque el míster nos obligue. Puede ser un poco de presión, quizá. Aunque la presión existe solo en el bar. Si tengo que contestar, el míster quiere jugar. No dice pelotazos. Y hubo partidos en los que jugamos bien.

-Usted, que es amigo de Çolak, ¿cómo ha vivido lo sucedido la semana pasada?

-Lo que pasó con Emre también pasó conmigo, que me quedé fuera de una convocatoria.

-En este caso el entrenador dijo que no fuera una decisión técnica.

-Entonces ya ha tenido la respuesta del míster. Solo él puede dar la razón. Nosotros también estamos sorprendidos. Es mi amigo, me gusta mucho, pero todos lo son. Para él fue difícil, pero al final lo que quiere es volver rápido a la convocatoria y para eso, tiene que trabajar como todos. Eso se llama respetar la decisión del entrenador. Todos tenemos que trabajar.