Su trascendencia es mayúscula en el juego del Dépor, que tiembla por su lesión
10 abr 2017 . Actualizado a las 15:18 h.Los partidos entre el Sevilla y el Dépor han seguido varios patrones fijos esta temporada. Han sido encuentros de muchos goles, a Mercado se le ha permitido empujar a quien le ha dado la gana en su área, y los problemas físicos de Juanfran han fulminado los bríos del conjunto blanquiazul. En Riazor (donde Mercado derribó impunemente a Andone), el lateral se fue del campo exhausto en el minuto 79 y los visitantes convirtieron el 2-1 en un 2-3. En el Pizjuán (donde el zaguero argentino percutió sin castigo sobre Ola John), Juanfran quedó tocado en la primera acción del duelo y los locales tomaron su banda, antes y después de que la lesión lo retirara del césped, para originar allí sus tres primeras dianas. Las citas entre este par de equipos bien avenidos han dado muestra de la trascendencia del carrilero en el juego del Deportivo. Así con Garitano como con Mel.
El valor de las arrancadas del defensa madrileño se mide también en números, como los de su asiduidad. Es el futbolista que más minutos ha disputado este curso con los coruñeses y está entre los veinte más empleados en Primera. Solo Çolak ha enviado más balones al área que él, aunque el turco cuenta a su favor con la condición de ejecutor de las acciones de estrategia. La mejoría de Juanfran en el aspecto ofensivo también ha quedado registrada: con siete encuentros aún por disputarse ya ha metido más centros que en toda la campaña pasada, cuando las instrucciones de Víctor Sánchez limitaban sus correrías. Garitano desató al lateral y propició que el juego se escorase hacia su banda. El relevo en el banquillo no alteró esta situación. Ha repartido ya cuatro asistencias, siguiendo una evolución exponencial. Dio una en la temporada 2014-2015 y dos en la 2015-2016.
En observación hasta el jueves
Si las molestias que lo retiraron del campo el sábado persisten dentro de cinco días, Mel perderá a su hombre más fiable en un momento trascendental. De momento, Juanfran permanecerá en una especie de cuarentena, trabajando al margen mientras se sigue su evolución. Los problemas en los isquiotibiales son traicioneros y la intención es evitar que la baja se alargue, por mucho que el encuentro más inmediato (ante el Málaga, el próximo sábado) sea quizá el más importante de aquí al final. La banda izquierda malacitana, con la plaza de titular en el aire tanto en defensa como en ataque, parece el flanco a explotar para poner en aprietos a los que dirige Michel. Si Kakuta mantiene el nivel del Pizjuán y Juanfran se recupera, por ahí podría darse un paso clave hacia la salvación.
Un retorno inmediato del carrilero le congraciaría además con su entrenador. La relación entre técnico y pupilo es buena y el propio zaguero ha destacado la empatía con el míster, capaz de descifrar su estado anímico y deportivo en cada jornada. Sin embargo, la lesión que le retiró frente al Sevilla alteró ligeramente esta conexión. Primero en privado y después en público, Mel recriminó al 2 blanquiazul que estirase su comparecencia en el campo tras los primeros indicios de que algo iba mal. Dos goles en contra después de las primeras molestias, Juanfran pidió el cambio por fin. Desarmaba el carril derecho, quizá por demasiado tiempo. Pocos condicionan tanto un equipo desde el lateral.