Técnicos y exfutbolistas profesionales ofrecen su experiencia sobre cómo actuar en situaciones límite como la que afrontará mañana Pepe Mel ante el ultimátum que le ha dado el Deportivo
29 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.No es una semana más ni para el Deportivo ni, mucho menos, para Pepe Mel. El entrenador blanquiazul sabe desde el pasado lunes que se juega su futuro en los noventa minutos siguientes a la una de la tarde de mañana. De lo que haga su equipo frente al Getafe, más allá incluso del resultado, dependerá que el consejo de administración lo destituya o no. Y ante esta tesitura, la gran pregunta que se hacen la mayoría de los entrenadores cuando llega el momento es sobre cómo afrontar el momento: ¿Revolución o continuismo?
Aunque no tiene por qué ser significativo, dado que será hoy cuando se prevé que ponga en liza el presumible equipo inicial que utilizará ante el Getafe, Mel juntó ayer un once en el que habría varias novedades con relación al último compromiso. Varias y sorprendentes, en algunos casos. Así, daría entrada a Albentosa, Edu Expósito, Bruno Gama y Borja Valle en detrimento de Arribas, Celso Borges, Fede Cartabia y Emre Çolak.
Y, ante, la posibilidad de revolución o continuismo, varios profesionales del fútbol (entrenadores y exjugadores) analizan la situación y su experiencia al respecto. La mayoría coinciden en que la clave está en creer lo que se va a hacer.
Calma
A pesar de la dificultad, los nervios no son una buena compañía
La situación que afronta Pepe Mel no es grata. Saber que, incluso ganando, podría estar fuera del Deportivo mañana por la tarde no es plato de buen gusto. Sin embargo, los profesionales apuestan por mantener la calma. «Es absurdo preocuparse de algo en lo que tú no puedes interferir o participar. En estas situaciones, pienso que es bueno aislarse un poco del exterior. Para qué estar pensando en lo que pueda pasar si, al final, no va a depender de lo que tú hagas, sino de lo que el consejo y/o la dirección deportiva decidan. Por este motivo, creo que es muy importante que el técnico mantenga la calma y que sepa transmitir ese estado a sus jugadores», explica Tito Ramallo.
A José Ramón González Pérez, su dilatada experiencia como futbolista y, posteriormente, como entrenador, también le indica que la tranquilidad debe priorizar sobre otros aspectos. «Es una final no solo para el entrenador, sino también para los jugadores. Por un lado, hay tres puntos en juego, que de no conseguir, los hundiría aún más en la clasificación. Además, no nos olvidemos de que si destituyen a Mel, llegará otro, cuya forma de trabajar no conocen, ni su pensamiento. Llega un momento de incertidumbre para el futbolista, que no le suele gustar, salvo a aquellos que se ven demasiado fuera del equipo. Además, nadie garantiza que un cambio sirva para recuperar el vuelo. Así que, en principio, nadie sale ganando con la destitución. Partiendo de esta premisa de que la final es para todos, hay que afrontar el partido como tal. Y ahí es donde hay que tener calma y no precipitarse. Hay que jugar el partido con la cabeza. El corazón es importante, pero no debe imponerse a la cabeza porque, de lo contrario, llegarán el cansancio y las precipitaciones. Es importante saber marcar bien los tiempos», reflexiona.
El veterano entrenador Radomir Antic también enfatiza en el hecho de no dejarse influir por el exterior. «La opinión pública juega un papel decisivo, por lo que es mejor abstraerse», subraya.
Creencia
No experimentar sin estar convencido del éxito
«Cuando un entrenador hace algo en lo que no cree, solo por buscar un revulsivo, está condenado al fracaso». Así de rotundo se muestra Paco Liaño. El exportero blanquiazul entiende que en una situación como la actual «está claro que algo hay que cambiar porque las cosas no le están saliendo, pero no debe hacerlo si no confía en lo que piensa hacer».
José Ramón va más allá: «No es momento de experimentos. La primera carta que hay que poner boca arriba es la de no equivocarse. El entrenador debe hilar muy fino. Más incluso que de costumbre para poner el once que considera que está en mejores condiciones y que le va a ayudar a sacar esto adelante. No puede equivocarse en el planteamiento, porque no hay una segunda oportunidad», sentencia.
«Se trata más de creer en lo que vas a hacer que en cambiar o no. Si va a modificar el planteamiento o la alineación sin estar convencido, puede traducirse en un mal resultado. A veces, es mejor mantener la idea», asegura Tito Ramallo.
cortoplacismo
Solo cuenta este partido
Los entrenadores acostumbran a manejar los tiempos del vestuario. A veces alinean un futbolista para darle continuidad de cara al futuro o, simplemente, evitar un problema. En una situación como esta, el mañana deja de tener sentido. Así lo ve Tito Ramallo.
«Hay que mirar solo el plazo corto. Lo que tú creas que va a ser mejor para ese partido y olvidarte de lo que esto puede suponer de cara al futuro. No hay mejor beneficio que lograr los tres puntos esta vez. Porque si no se consigue, no hay otra oportunidad», explica el técnico del Cerceda.
Por su parte, José Ramón cree que, «como este es el partido decisivo», no se puede «apostar por muchos cambios. Eso no transmite tranquilidad a nadie, porque da a entender que lo trabajado con anterioridad no vale», subraya.