Cristóbal Parralo, posesión, presión y juego por banda

TORRE DE MARATHÓN

Deportivo

Cristóbal ganó 34 de los 50 partidos que dirigió al Fabril con su fútbol valiente

25 oct 2017 . Actualizado a las 00:53 h.

4-3-3 (variable hacia el 4-1-4-1 o el 4-2-3-1 según se requiera), presión alta y un fútbol combinativo que enamora al público que cada quince días se da cita en Abegondo. Esas fueron las credenciales de Cristóbal Parralo en el Fabril, técnico que ahora se hace cargo del Dépor tras la destitución de Pepe Mel.

Ángel Manso

Sus números como entrenador del filial lo avalan (34 victorias en 50 partidos de Liga), pero es su propuesta de juego lo que realmente ha conseguido enganchar a los aficionados. Con un discurso humilde, convenció incluso a sus críticos. Porque sus primeros meses en el Deportivo no fueron fáciles. El hecho de sustituir a Manuel Mosquera, un líder en el vestuario y carismático fuera de él, se lo puso más difícil de lo normal. Pero en ningún momento perdió el control y convenció tanto dentro como fuera de que su método era el correcto.

Cristóbal tiene como segundo entrenador a un ilustre deportivista como Javier Manjarín. El eterno capitán Manuel Pablo se sumó al equipo de trabajo y ejercía como especialista del trabajo defensivo. Los tres aplican al unísono una misma idea y machacan a sus futbolistas con vídeos y consejos sobre lo que deben hacer para mejorar su aportación al equipo. A todo jugador del filial que se le pregunte por ellos se deshace en elogios. «Nos ayudan y nos dan ejemplos de cómo fueron sus carreras», comentó en su día Blas a La Voz. «Tienen la experiencia que ninguno de nosotros tenemos y que ni nos imaginamos poder tener. Están muy pendientes de nosotros», coincidía Quique Fornos. Incluso recién llegados como One se sorprendieron con la meticulosidad del método Cristóbal: «Desde el principio el míster me dio una confianza terrible. Está encima de mí corrigiéndome. Acepto sus críticas porque es la única manera de mejorar», explicaba hace unas semanas a este periódico.

CESAR QUIAN

Profundas convicciones

Cordobés de nacimiento, hay que tener en cuenta que Parralo fue canterano del Barcelona. Terry Venables lo hizo debutar en Primera con 20 años recién cumplidos, Luis Aragonés le dio continuidad y vivió en primera persona la llegada de Cruyff a Can Barça. Aunque el holandés le cerró la puerta azulgrana, con él comparte ideario, pero evolucionado. Cristóbal juega con extremos (Galán y Pinchi) y presiona al rival desde muy arriba. Exige a su equipo jugar muy junto. Cuando los delanteros van a robar, los medios van con ellos para tapar líneas de pase y la defensa también adelanta líneas hasta casi la medular. Un acordeón perfecto con el que pretende robar muy arriba y defender lo más alejado posible de su portería. No se repliega ni con el marcador a favor. En ese caso busca la posesión para desesperar al rival.

En ataque, el Fabril apuesta siempre por un fútbol combinativo. Incluso esta temporada, en la que es un recién ascendido y en teoría no tiene esa obligación de ir siempre a por los partidos. Juega con un triángulo en la medular en el que un pivote tiene unas condiciones de sacrificio (Carlos López) y los otros dos se encargan más de la construcción y circulación (Queijeiro o Edu Expósito y Bicho o Romay). En ataque posicional, toca y toca hasta que consigue una superioridad en banda. Sus dos laterales (Blas y Caballo o Lucas) son de largo recorrido y buscan siempre el 2 contra 1. A lo largo de un partido se pueden contabilizar más de una decena de centros al área desde los costados. El sueño de cualquier delantero, que este año tuvo la suerte de disfrutar Uxío Da Pena. El manejo del vestuario es otro de sus fuertes. Ha formado un grupo muy unido que muere por sus ideas.

Ese fue su Fabril. El que ilusiona. El del método Parralo que ahora tendrá su oportunidad en el primer equipo.

Uno de los futbolistas con más partidos en la historia de Primera División

Histórico jugador de la Liga (el vigesimotercero con más partidos en Primera División tras jugar en el Barcelona, Oviedo, Logroñés y Espanyol, amén de su epílogo en el PSG francés), Parralo comenzó a hacer su camino como técnico en el Santa Eulalia, el Girona (9 partidos en Segunda División) y la Damm, un modesto club de formación de Barcelona. Aterrizó en A Coruña el pasado verano y fue el encargado de subir al Fabril a Segunda B y ahora lo tiene líder en la categoría de bronce.

Tuvo una trayectoria intachable como jugador. 454 partidos en Primera División (443 de ellos saliendo desde el inicio), 41 en Segunda A y 63 en la Ligue 1 francesa. Solo 13 jugadores en la historia de la Liga pueden presumir de tener más titularidades y 22 de haber disputado más encuentros.