Tras una década sin conocer la victoria en el Sánchez Pizjuán, el Deportivo tratará de revertir la situación en un campo en el que llegó a acumular una decena de partidos consecutivos sin perder
02 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El fútbol es un deporte de rachas. Las de los delanteros que marcan cada jornada. Las de los que llevan tiempo sin anotar. Las de los porteros que paran penaltis. Las de los equipos a los que no se les pita o sí una pena máxima desde hace tiempo. Pero si hay rachas que condicionan a algunos conjuntos son las que, por una u otra razón, se producen en determinados campos. El Dépor atraviesa, en la actualidad, una negativa en el Sánchez Pizjuán, campo en el que los números revelan que el pasado mes de octubre se cumplieron diez años desde la última victoria coruñesa en Liga.
Este sábado (18.30 horas, beIN LaLiga), los coruñeses tratarán de revertir esa situación, romper la citada racha, y conseguir un triunfo bien pagado en las casas de apuestas que sirva para devolver la tranquilidad tras haber sumado solo un punto de los nueve últimos disputados.
Diez años sin ganar en el campo de Nervión, un estadio que tradicionalmente se le dio mal a los coruñeses, con la excepción del período que va desde 1992 hasta 2003, en que la escuadra blanquiazul llegó a acumular diez encuentros de Liga consecutivos sin conocer la derrota, además de superar todas las eliminatorias coperas en las que ambos se vieron las caras durante este período.
Ahora pintan bastos y el último entrenador que consiguió celebrar una victoria coruñesa en el Sánchez Pizjuán fue Miguel Ángel Lotina. Sucedió en su primera temporada como técnico blanquiazul. El 7 de octubre del 2007, el Deportivo viajaba a Sevilla para disputar la séptima jornada de Liga. Lo hacía en puestos de descenso y antes de medirse al Valencia y al Real Madrid. Poca confianza había en un escuadra en la que Lotina no acababa de encontrar el once y, mucho menos, el referente ofensivo. Tanto, que para actuar en aquel encuentro apostó por Xisco como hombre más avanzado. Pero tuvo que ser Riki, que sustituyó al mallorquín quien a los 11 minutos de saltar al campo firmara la, hasta hoy, última victoria coruñesa en el barrio de Nervión. De aquella plantilla queda Adrián, que no estaba convocado.
Desde entonces, los números se han teñido de rojo sevillista, con cuatro victorias locales y tres empates. El último, en el ejercicio 2015-2016 y gracias a la entrada en el campo de otro suplente: Oriol Riera. El catalán firmó la igualada a falta de diez minutos para la conclusión del duelo.
Sidnei y Guilherme regresan al equipo en sustitución de Albentosa y Pedro Mosquera
El Dépor quiere recuperar el Pizjuán como un campo de resultados favorables y para ello Cristóbal mantendrá el bloque que ha actuado desde su llegada. Solo dos novedades con relación al once que empató la pasada semana contra el Athletic Club de Bilbao. Y las dos son por recuperación de los ausentes en esa ocasión.
Vuelve al equipo Sidnei, dejando fuera a Albentosa, y también Guilherme, que en este caso reemplazará a Mosquera.
De esta forma, el Deportivo formará en el estadio de Nervión con un once en el que Rubén se situará bajo los palos; Juanfran, Sidnei, Schär y Fernando Navarro ocuparán la zaga; Guilherme, Fede Valverde y Borges se encargarán de los tres puestos del medio; situándose Fede Cartabia por la banda derecha, Adrián López por la izquierda y Lucas Pérez como hombre más avanzado. Una alineación previsible con la que Cristóbal tratará de sorprender en Sevilla.
Indulto para Arribas y Andone
Seis días después de que protagonizaran el desagradable incidente que les impidió viajar a Las Palmas por castigo para el partido de Copa del Rey, Alejandro Arribas y Florin Andone regresaron a la convocatoria de Cristóbal Parralo, después de que ambos pidieran perdón a sus compañeros, tal y como reconoció el entrenador blanquiazul.
Si bien el regreso del rumano era esperado, sorprendió más la vuelta de Arribas, al que el técnico había mantenido hasta ahora siempre detrás de Raúl Albentosa. El hecho de que el pasado martes el ilicitano no hubiera viajado a Canarias, hacía prever que sí lo haría a Sevilla, sin embargo, Cristóbal explicó que por las características del rival y el momento, entendió que esta vez debía ir el central madrileño.