El Dépor de los errores

TORRE DE MARATHÓN

LOF

Los despistes, la falta de concentración y la ausencia de intensidad, causas de la sangría de goles blanquiazul

04 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Reza el proverbio popular que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Lo que no dice es que si ese hombre viste de blanquiazul, las probabilidades se multiplican. Y ahí está encontrando el Deportivo su lastre esta temporada. Desde la llegada de Cristóbal al banquillo blanquiazul, el equipo ha mejorado en diferentes aspectos, se ve un conjunto más trabajado y con una idea clara. Pero cuando el rival tiene el balón, los errores se siguen sucediendo y las derrotas, acumulándose.

Nueve tantos ha encajado el conjunto coruñés en la Liga con el actual entrenador. Y ninguno de ellos después de una jugada elaborada o una genialidad. Todos llegaron tras errores puntuales de uno o más jugadores, algo que desespera al técnico blanquiazul.

Daniel Pérez | Efe

«Estamos intentando trabajar para cambiar estas cosas, porque seguimos perdiendo partidos, muchos producto de estos detalles que no sabemos controla», reconocía resignado Cristóbal en la sala de prensa del Pizjuán el pasado sábado.

De los nueve tantos recibidos, tres han sido claros fallos de los porteros: los dos primeros (Las Palmas y Atlético) de Pantilimon y el segundo del Sevilla, de Rubén. Después hay reparto, con Fernando Navarro (solo jugó completos los dos últimos encuentros) protagonista en varias desafortunadas acciones que cuestan goles; los dos del Athletic y el primero del Sevilla en el que reacciona tarde, son un ejemplo. Schär es otro de los futbolistas, que pese a su enorme calidad, queda señalado tras algunas acciones, como el primer tanto del Pizjuán o el primero del Athletic.

César Quian

Unos despistes que, en muchas ocasiones, además de ser individuales, llegan tras el fallo colectivo de mostrar un exceso de permisividad hacia los rivales. Desde hace años, el Deportivo se ha destacado por ser un conjunto con excesivo buen trato hacia el rival. Uno de los aspectos que Cristóbal está tratando de inculcar es el hecho de achuchar más al contrario, aunque en ocasiones eso tenga que ir acompañado de alguna falta, bien táctica o, simplemente, de marcar territorio. De momento, no lo está consiguiendo. Si bien, por momentos, sí que hace una presión alta y organizada, le sigue faltando ese punto de mala uva que ayuda a controlar los partidos. Es ese fútbol sin balón en el que tanto trabajo, tanto de campo como psicológico, le queda por hacer al Dépor.