El mejor comentario que se puede hacer del Dépor es que compitió. Empezó bien, con mucho acercamiento al área del Villarreal, pero luego recuperó la mandíbula de cristal, porque en la primera ocasión clara del rival, gol encajado. Y hubo un momento de desorientación. De vuelta del descanso entró Çolak y fue clave, pues cambió el partido desde el punto de vista ofensivo. Dio más presencia al Dépor en campo rival y enlazó mejor con Adrián, que en estos momentos es el futbolista de más talento del equipo.
Fueron los mejores momentos de un Dépor que compitió y se agarró al partido, que nunca se despistó y hasta fue en esos momentos mejor que el Villarreal. Así, el empate fue justo, porque tras ese primer tiempo que acabó con malas sensaciones, el Dépor no se dejó ir en ningún momento.
El choque también ofreció la buena noticia de que hay competencia interna en la plantilla, porque los cambios funcionaron. No solo los tres que salieron respecto al derbi, sino también el referido de Çolak, que aquel día fue titular y ayer salió desde el banquillo. Su caso y el de Andone, que por primera vez en la temporada reclamó desde el campo aquello que varias veces ha dicho fuera, hablan de una competencia interna que te lleva a no perder la cara frente a los equipos rivales.
Es el gran mensaje del partido: que puedes competir aunque no juegues del todo bien. El plan inicial puede no salir todo lo bien que quieres, porque el rival se adelanta, pero aún así no te vas nunca y tienes el talento de no dejarte llevar. No permites que te hagan el 2-0 y el 3-0, el Dépor se agarró siempre y supo qué hacer. Compitió. Estuvo en el partido de principio a fin. Y hay que hablar de la personalidad de Sidnei, que ya había hecho otra cabalgada, con un mal pase final a Luisinho, pero volvió a intentarlo para sacarse un centro con la izquierda que dio un punto.