Exaltación del colectivo

TORRE DE MARATHÓN

VINCENT WEST

Sobre la base de la solidaridad, el Eibar se acerca a las competiciones europeas

03 mar 2018 . Actualizado a las 16:18 h.

De camino al estadio de Riazor hay una tienda de productos exotéricos donde además de buscar nuevos remedios para el desastre de su equipo, el hincha del Dépor puede probar a que le lean la mano. Descifrando el contenido de una parte del cuerpo, hay quien asegura poder explicar de dónde viene, dónde está y hacia dónde va el resto. Con el Eibar sucede algo parecido. Para entenderlo podría bastar un vistazo a su banda derecha, en la que se agolpan varios de los causas del éxito del conjunto armero. Justo allí donde arrancaron este curso sus problemas.

Porque el conjunto que entrena Mendilibar solo había ganado dos partidos cuando el campeonato ya alcanzaba la jornada 11 y antes de recibir al Betis el técnico había visto su nombre entre los candidatos al despido. Cinco le cayeron a los de Setién para que el Eibar tomara impulso. Fue un gustazo ver aquel día a Iván Alejo, un joven reclutado del Alcorcón después de una sola campaña en Segunda gracias al ojo clínico de Fran Garagarza, el transportista que hoy ocupa la dirección deportiva armera.

Llegó Alejo para formarse a la vera de Pedro León, pero tuvo que espabilarse de inmediato para ejercer de sustituto, porque las molestias del murciano crecieron hasta dejar al equipo siete meses sin su estrella. Nadie que le diera al japonés Inui la réplica por la derecha en un equipo diseñado para exprimir el desborde por el costado y el centro al área. Una escuadra que carga con el cartel de rocosa y plomiza para quienes no reparan en que la patada a seguir pasó de moda en Ipurúa. El Eibar sigue jugando mucho en largo, y es tras el Athletic el rey de las disputas por alto, vive también de la segunda acción, para la que siempre se muestra un instante más rápido que el adversario, pero no renuncia a la pelota. Por el contrario, la busca cada vez más cerca del área ajena, amparado en la solidaridad; su mejor arma.

Entre todos construyeron un Pedro León en el Eibar, como se preparan para entre todos construir un Ander Capa. El otro fijo en la diestra del equipo vasco se irá a San Mamés este verano. Por de pronto, Mendilibar se ha anticipado a la baja reconvirtiendo a Rubén Peña. Otro que llegó desde Segunda, hace ya año y medio, aunque fue para jugar de extremo.

No hay sin embargo cargos fijos en el plantel armero, como también ha demostrado Arbilla, cuajando el curso de su vida desde el eje de una zaga que estaba acostumbrado a defender desde una esquina. La derecha, claro.

Allí le hicieron sitio, en la parte alta, al nuevo hombre a seguir en Ipurua, reconocido centro de rehabilitación para futbolistas propensos a las turbulencias. Como Orellana. «No entendía muy bien qué hacía él aquí cuando vino, porque pensaba que podía estar en un equipo con otros objetivos», confesaba ayer su técnico. Pero el chileno supo elegir, se adaptó de inmediato ?igual que Diop, otro recién llegado que certifica el acierto del club vasco en el mercado? y ya registra tres tantos como azulgrana.

La mitad de los que lleva Charles, su excompañero en el Celta y actual máximo anotador eibarrés en un curso marcado también por las frecuentes ausencias de Enrich, el goleador de la pasada campaña. Sin el delantero de las once dianas, ni el extremo de las diez ?Pedro León fue titular por primera vez la pasada jornada? once futbolistas se reparten de momento la producción ofensiva. 33 goles, nueve más que el Deportivo, hechos buenos a fuerza de trabajo. No es fácil rondar a Dmitrovic: el Eibar es el conjunto de la Liga que menos disparos concede (cuarto de Europa). Adversario poco propicio para alterar la dinámica de un grupo que aún no ha marcado a las órdenes de Seedorf.