El hombre gol regresa a los Juegos

TORRE DE MARATHÓN

Quique González regresa a Almería, donde acumuló 32 tantos en dos temporadas como rojiblanco

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo tiene ensayado. Juntará las palmas y las elevará sobre su cabeza en señal de disculpa. Si marca el lunes, la fiesta de Quique González se reducirá a un gesto con aquellos que una vez cantaron como propios sus 32 goles en el Almería. «Por supuesto que no lo celebraría, fueron ellos los que me dieron la oportunidad de jugar en el fútbol profesional y les tengo que estar agradecido», aclaraba ayer el delantero cuando le pusieron ante la posibilidad de hacer diana el lunes en el estadio de los Juegos Mediterráneos (21.00 horas, Gol). No sería el primer tanto suyo que encajaría el conjunto andaluz; el año pasado ya les hizo uno cuando militaba en el Osasuna. El primero en Liga con el equipo navarro, el que ponía el empate que después daría paso al 2-1 en el Sadar. Tras el zurdazo desde la frontal, que se coló a la derecha de René, la cara seria y las palmas juntas. En memoria.

«He sido muy feliz allí. Tengo muy buenos recuerdos, amigos y está claro que es muy especial para mí», detallaba el vallisoletano para profundizar a continuación: «Desde el primer día, todo fue muy fácil. Es un club muy familiar, muy humilde, con muchas ganas de hacer las cosas bien». No salieron mal porque, aunque sufriendo, el equipo se sostuvo en Segunda. «Al final, salvamos la categoría», señala Quique en una afirmación que podría aludir a cualquiera de las dos campañas en que vistió de rojiblanco. En ambas fue imprescindible para lograr el reto de la permanencia.

Entre sus compañeros estaba el actual director deportivo del próximo adversario. Cuando el punta recaló en A Coruña, Miguel Ángel Corona elogió la operación: «Es un compañero diez y un profesional diez. Un ejemplo de compromiso con el grupo y con la camiseta del club que defiende».

Ahora, la blanquiazul, con la que lleva nueve goles en diez partidos, su arranque más espectacular, dejando en un bache breve su paso por Pamplona. Allí se empleó sobre todo en banda, donde languidecen sus virtudes, como apuntaba Corona: «Tiene que jugar muy cerca del área. Cuánto más lo alejes, peor para él y para el equipo. Tiene un golpeo de zurda súper potente y seco. Juega muy bien sin balón y trabaja mucho en defensa». Resumen en el que es fácil reconocer al máximo realizador de los coruñeses. Condición que ya registró en sus dos cursos en Almería.

Al servicio de los andaluces logró también su tanto más rápido. Solo tardó 42 segundos en batir al meta desde que el balón se puso en juego. Fue en Lugo. Campillo perdió la pelota y entre Azeez y Javi Álamo cocinaron una transición que puso el cuero a los pies de Quique. Este recortó a Ignasi Miquel y superó a José Juan. En el banquillo visitante, Francisco Fernández celebraba el tanto que le daría la primera victoria en su carrera como técnico rojiblanco.

«Es un equipo alegre»

El entrenador almeriense tenía solo plaza de interino y duró dos jornadas al frente antes de que el club contratase a Luis Miguel Ramis. Después de otra aparición fugaz en la 2017-2018, Francisco es ahora el míster fijo en los Juegos Mediterráneos. Ha convertido en un suplicio visitar el estadio, donde en lo que va de campaña solo ha sido capaz de vencer el Málaga; por la mínima. «El Almería es un equipo alegre, con chavales jóvenes. Se está viendo reflejada la ilusión y la calidad que tienen», advertía ayer en sala de prensa el viejo ídolo de la hinchada rojiblanca.

En el retorno le faltará su socio de las últimas jornadas. Carlos Fernández está prestando servicio en la selección sub-21, así que Natxo González completará su dúo en punta con Fede Cartabia o Christian Santos. Quique no tiene predilección por ninguno: «Al que le toque estoy convencido de que lo va a hacer igual de bien. En los entrenamientos ya se ve cómo trabaja la gente». La idea es mantener el nivel exhibido en Riazor. «Queremos mostrar fuera la misma personalidad. Sumar de tres en tres y no tener una cara a y una b», reflexionó el delantero. Él pretende poner de su parte: «Ojalá pueda meter un gol o dos». Después, las palmas juntas sobre la cabeza.