Probablemente, si se hiciera una encuesta entre los profesionales del fútbol sobre los integrantes de las diferentes plantillas de Segunda, el Deportivo no saldría elegido como el mejor equipo. Este honor, posiblemente, recaería en el Las Palmas, con futbolistas como Rubén Castro, Rafa Mir, Cala, De la Bella, Ruiz de Galarreta... En esa misma encuesta, podría preguntarse por el mejor entrenador. Natxo tampoco ganaría. Por trayectoria, quizá saldrían elegidos técnicos como Muñiz, Víctor Fernández o Paco Herrera.
Sin embargo, si la tercera cuestión a votar fuera quién cuenta con el mejor plantel, incluyendo en este término la mezcla de jugadores y entrenador, ahí el Dépor sí que ganaría por goleada.
No tiene los nombres de sus rivales, ni en el campo ni en el banquillo. Pero el club coruñés sí que ha conseguido conjuntar un grupo de trabajo que es envidia de sus rivales.
Natxo, con la indispensable colaboración de futbolistas como Álex Bergantiños o Dani Giménez, está consiguiendo mantener un vestuario tensionado en el que no se aprecia una desigualdad de rendimiento dependiendo de quien conforme el once inicial.
Con solo media temporada agotada, Natxo ha tenido que hacer frente a ausencias importantes o momentos bajos de forma de futbolistas que se podrían considerar indiscutibles. Pero el rendimiento del equipo no se vio afectado. Los malos resultados no son achacables a las ausencias sino a pésimos partidos o infortunio, más allá de quién estaba en el campo. En cambio, en las victorias hubo mezcla de teóricos titulares y suplentes.
Ayer fueron Christian y Didier. Con anterioridad, Pedro Mosquera, Saúl, Somma o Pedro. Es la importancia de contar con un buen fondo de armario.