
El técnico del próximo rival narra en primera persona su llegada, estancia y marcha de Riazor
10 mar 2019 . Actualizado a las 18:23 h.Apenas lleva unos días en Las Palmas y presenta una agenda completa. El calendario ha deparado que el debut de Pepe Mel en la Liga sea contra el Dépor, el último equipo al que dirigió. Sin duda, una cita especial. Está centrado en su equipo -«hay poco tiempo y mucho que hacer», reflexiona-, pero ante su regreso a Riazor saca unos minutos para recordar cómo fueron aquellos dos trozos de temporada y un verano difícil que pasó vinculados al conjunto blanquiazul. Guarda un gran recuerdo de la ciudad, de sus gentes y quiere volver con un mensaje de humildad: «Pude haber agradado a unos y desagradado a otros, pero tanto yo como mi cuerpo técnico dimos todo lo que teníamos por ser profesionales y sacar al equipo adelante».
Llegada
«Me acordaría igual, pero se da la circunstancia de que mi presentación como entrenador del Dépor coincidió con mi cumpleaños: un 28 de febrero. El presidente me llamó poco antes y me comentó la posibilidad que había de llegar. Teníamos un calendario complicado. Recuerdo que jugábamos contra el Atlético. Había que ir al Molinón para enfrentarse a un rival directo en la lucha por la permanencia. Entre medias, el partido suspendido contra el Betis, luego el Barça... Era algo muy complicado. Pero, curiosamente, hicimos un montón de puntos y fue donde encarrilamos la permanencia».
Primer entrenamiento
«Lo que me encontré en Abegondo el día que llegué era algo esperado. Un vestuario similar al que me esperaba aquí esta semana en Las Palmas. Los chicos estaban preocupados por la situación. Había mucho silencio. Estaban expectantes por saber quién y cómo era la persona que llegaba. La escena se repite en todos los equipos. En aquella ocasión se agravaba por el difícil calendario que afrontábamos. Pero el equipo respondió muy bien. Los jugadores dieron un paso al frente y salimos muy reforzados».
Primer partido
«A los pocos días de aterrizar nos tocó el primer partido en casa. Eso puede ser bueno o malo. Nunca se sabe. Jugamos contra el Atlético e hicimos un buen encuentro. Fue el del choque entre Álex Bergantiños y Fernando Torres, que nos dio un susto a todos. Al margen de ese percance, logramos un empate después de ir muchos minutos por delante en el marcador. Pese a no ganar, me quedó la sensación de que los jugadores habían respondido a las expectativas que, desde la comodidad de verlos desde casa, yo tenía sobre ellos. Fue un partido muy importante. Ahora, el reto era mantenerlo en el tiempo».
Triunfo frente al Barcelona
«Fue un día especial. Habíamos empatado ante el Atlético y ganado en El Molinón contra un rival directo. Pero claro, venía el Barcelona y ese siempre es uno de los partidos que cuando estás ahí abajo pocas veces ganas. Lo que sucedió aquel día es una de las cosas que mejor recuerdo me han dejado de mi estancia en A Coruña. Fue al salir del campo. Había un montón de gente fuera coreando mi nombre. Fue emocionante. Me impactó. Hasta aquel momento, el público había estado bastante frío. Era normal. El equipo no estaba rindiendo como esperaba la gente y tenía razón. Pero aquel partido lo cambió todo. Fue mágico».
La salvación
«Fueron quince partidos muy intensos. Empezamos muy bien, pero todo se torció a partir del encuentro que perdimos en Riazor frente al Celta. Empezaron unas semanas bastante complicadas. Los resultados no acompañaban como esperábamos, pero sabíamos que habíamos venido a cumplir un objetivo que estábamos convencidos de que íbamos a lograr. Y así fue. Lo conseguimos en Villarreal en la penúltima jornada, de manera que nos quedamos liberados de cara a la última fecha».
El verano
«Fue un verano muy complicado. Y, con la frialdad y perspectiva que da el tiempo para reflexionar pues entiendo que me equivoqué quedándome. Un entrenador tiene que tener apoyos. Debe estar seguro en un sitio. Mi continuidad, aunque me correspondía por contrato, estaba en el aire. Así que lo mejor que teníamos que haber hecho, una vez logrado el objetivo de la permanencia, era irnos. Conste que la gente de mi equipo de trabajo me planteó esa situación y lo que pensaban ellos. En A Coruña fui muy feliz, pero mi error fue no haberme ido antes».
La destitución
«Fue un poco en diferido. Recuerdo que antes del partido contra el Getafe, Richard habló conmigo. Tomamos un café. Me dijo que si no ganábamos estaba fuera. Y ganamos. Con lo difícil que era en aquel momento imponerse al Getafe, un equipo que andaba muy fuerte. Luego fuimos a Eibar y empatamos a cero. Fue el día del debut de Francis. Yo veía que el equipo mejoraba en cosas y que solo estábamos en la jornada ocho. Había ánimo por recorrer el camino. Y no puedo pasar por alto algo muy importante y es que no estábamos en descenso. Pero luego vino la derrota frente al Girona y el adiós. Y el equipo seguía sin estar en descenso, pero no teníamos la confianza. Ya en verano se veía. Faltó esa confianza».
Relaciones
«Desde que me destituyeron y me despedí no volví a hablar ni con el presidente ni con nadie del asunto. Con Tino nos hablamos en momentos especiales. Nos felicitamos las Navidades. En partidos que jugaba el Dépor le deseé suerte... Tengo una buena relación con él. Estoy agradecido porque él sí que confió en mí. Sin embargo, me queda la pena de que no tuve tiempo para que en A Coruña pudieran ver al verdadero entrenador que es Pepe Mel. En cuanto a Richard Barral tampoco tengo mala relación con él. Son cosas de fútbol. Pero quiero dejar claro que no mantengo mala relación con nadie. Es más, uno de los mensajes de felicitación y deseo de suerte que recibí al fichar por el Las Palmas fue de Richard. Aquí, la realidad es que no todo el mundo ve el fútbol de la misma manera. Y no pasa absolutamente nada más».
La vuelta a Riazor
«No espero nada extraordinario: ni para bien, ni para mal. La gente, como es normal, irá al campo con la intención de que gane su equipo y, además, es lo que tiene que hacer, centrarse en animar a su equipo. Yo solo espero que me recuerden como un buen profesional, una persona honrada que mientras trabajó en el Deportivo lo dio todo por ese club».