Edu Expósito sufre al margen

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Su impacto, menguante en el último tramo, fue nulo en una esquina del Sadar

15 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Álex Bergantiños abandonó el césped del Sadar en el 70. En el 82, saltó al campo Didier Moreno. Entre un momento y otro, apareció Edu Expósito. Recuperó su plaza de costumbre para repartir diez pases (ocho buenos) de los 32 que dio en todo el encuentro. Pese a esos doce minutos de actividad frenética, el balón pasó por los pies del catalán la mitad de veces que por los de Duarte o Marí. Mosquera y Bóveda también tocaron mucho más cuero que el 21. El propio Bergantiños realizó más envíos que el exfabrilista. Todos aportaron sus números para denunciar la reclusión de su compañero, marginado en una esquina. «Se trataba de darle mucha libertad a Edu para que se metiera por dentro y fijara a los dos centrales, con nuestros dos delanteros para finalizar», explicó después José Luis Martí, que pretendiendo desatar a Expósito reforzó su encierro.

El nuevo técnico radicalizó la última idea de Natxo González antes de dejar el puesto. El vasco había ubicado al joven futbolista en la izquierda del rombo ante al Majadahonda. «Buscaba que recibiera en zona centrada para orientarse hacia adentro, incluso pillarlo a pierna cambiada para los cambios de orientación», desveló el técnico en sala de prensa. El invento desdibujó al centrocampista, que acabó de evaporarse en Pamplona en el papel de interior o el de extremo.

El Deportivo ha ido perdiendo piezas mientras descarrilaba y pocos futbolistas habían mantenido el tipo dentro del hundimiento general. Quique ha seguido reivindicándose con intermitencia y los centrales no claudicaron hasta que el equipo se metió en su calvario de marzo. Expósito encarnó la última esperanza blanquiazul, junto a un Dani Giménez que ya no salva puntos por su cuenta. El centrocampista empezó a palidecer frente al Las Palmas, antes incluso de que De la Fuente Ramos lo expulsara del campo. Las tres semanas sin competir (contando el viaje fantasma a Reus) no ayudaron a reactivar al catalán, pese a gozar de un plan específico de trabajo, destinado a su recuperación física.

Regresó alejado de la plaza en la que mejor había rendido. La cara derecha del trivote, desde donde el 21 fue capaz de mover al equipo y romper líneas en conducción, alcanzando incluso zonas de remate, quedó para Vicente. Una semana después, ya no tenía sitio en la medular, mermada de efectivos y entregada a los de casa. Bergantiños y Mosquera -veteranos, capitanes, coruñeses- fueron la primera opción de Martí para el doble pivote. A Expósito le tocó perderse en una esquina del once.